Motor

Rolls-Royce Cullinan, el primer SUV de la marca británica: ¿es el todocamino más lujoso del mundo?

Tres años después de que Rolls-Royce anunciase su intención de irrumpir en el segmento SUV, el Cullinan, su primer modelo de esta categoría, ya es una realidad.

La firma británica ha desvelado este jueves un espectacular todocamino que nace con el objetivo de erigirse en el SUV más lujoso del planeta, una condecoración para la que deberá sobreponerse a prestigiosos modelos de la talla del Range Rover, Lamborghini Urus o el Bentley Betyaga además de otros que ya se están gestando como el Aston Martin Lagonda o el aspirante de Ferrari. Unas pretensiones ambiciosas que ya dejó entrever la marca con tan solo bautizarlo, pues Cullinan es el nombre con el que se conoce al diamante más grande hallado hasta la fecha.

"El lujo no será más un concepto urbano. Cada vez más, está relacionado con abrazar y experimentar un mundo más amplio. Nuestros clientes esperan ir a todos los sitios de forma lujosa, sin esfuerzo y sin compromiso, conquistando el terreno más complicado para disfrutar de las experiencias más enriquecedoras", ha explicado Torsten Müller-Ötvös, CEO de la compañía.

Entretanto, el Rolls-Royce Cullinan comparte con su 'hermano' Phantom la plataforma Arquitecture of Luxury, compuesta en gran parte de aluminio, y presenta unas generosas dimensiones: 5.341 mm de largo, 2.164 mm de ancho y 1.835 mm de alto y una batalla de 3.295 mm. El peso, a pesar del empleo de una estructura liviana, asciende hasta los 2.660 kg. El maletero cuenta con una capacidad de 560 litros con cinco plazas -600 litros con cuatro plazas- que aumentan hasta 1.930 litros abatiendo electrónicamente los asientos traseros.

Estéticamente, sigue una línea inspirada en el Phantom especialmente en el frontal, donde tienen cabida los reconocibles faros rectangulares y la prominente parrilla vertical.

La nota distintiva la ponen las puertas traseras gracias a su sistema de apertura inversa que dan paso a un habitáculo segmentado en tres zonas claramente diferenciadas: plazas delanteras, traseras y maletero, separado de la cabina por una cortina de vidrio a fin de preservar la temperatura idónea en el interior en todo momento. Pero el confort, detalles exclusivos y materiales de alta calidad aparte, comienza incluso antes de subir al coche, pues este rebaja hasta 40 mm su altura respecto del suelo para facilitar el acceso a los pasajeros gracias a la suspensión neumática, y en el momento en el que se arranca recupera su posición original.

Bajo el capó, el Cullinan 2018 monta el popular V12 de 6,75 litros de cilindrada que desarrolla 570 CV a 5.000 rpm y 850 Nm de par motor con tracción a las cuatro ruedas. Con esta mecánica el vehículo puede alcanzar una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora. El consumo de combustible combinado se sitúa en 15 litros por cada cien kilómetros recorridos en ciclo mixto, con unas emisiones de dióxido de carbono (CO2) de 341 gramos por kilómetro.

Para adaptarse a cualquier circunstancia, cuenta con varios modos de conducción pudiendo modificar la altura de la carrocería al suelo hasta 540 milímetros para lograr mayor capacidad de vadeo. Por su parte, una cámara integrada en el parabrisas delantero se encarga de analizar continuamente el terreno y ajusta en consecuencia la suspensión de forma proactiva hasta los 100 km/h.

Por supuesto, tampoco faltan elementos como el detector de peatones y animales, cuatro cámaras con visión panorámica, visión nocturna y asistencia visual, alerta de tráfico cruzado y de cambio de carril, Head Up Display y un punto para conexión WiFi, entre otros muchos.

En suma, un compendio de lujo y opulencia que explican los 325.000 dólares (unos 273.500 euros, al cambio) desde los que partirá en Estados Unidos. Por el momento, para Europa no se han concretado precios.

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