
Las turbo rotondas se idearon en los años 90 en los Países Bajos con el objetivo de evitar accidentes, tanto colisiones laterales como frontolaterales. Vigo ha sido una de las ciudades que más ha apostado por ellas... y de momento funciona.
La ciudad gallega empezó a instalar este tipo de rotondas a finales de 2015. En poco más de año y medio los accidentes en rotondas de este tipo se han reducido en un 43%.
En total, se han reducido a 159 accidentes de los 270 accidentes habituales durante los años anteriores, según datos municipales. En 2013 se produjeron 296 accidentes de este tipo.
¿Cómo funcionan?
Este sistema tiene como objetivo reducir los cambios de carril para evitar los accidentes más frecuentes en las rotondas, tanto colisiones laterales como frontolaterales. La señalización pintada en la calzada le indica al conductor por qué carril debe conducir en función de cuál es su salida
El único problema que tienen es que si te equivocas de carril no te puedes cambiar, por lo que tendrás que salirte para buscar un cambio de sentido, ya que esto no lo puedes hacer en esta rotondas.