
Este viernes comienza la Operación Salida del mes de agosto. Serán cuatro días de alta concentración de vehículos en la carretera durante los que la Dirección General de Tráfico (DGT) estima que se realicen 8,3 millones de desplazamientos hasta el próximo 1 de agosto.
En el conjunto del verano, serán 89 millones los viajes que se efectúen, una cifra que explica por sí sola por qué el verano es la época del año más peligrosa para viajar por carretera. Se antoja fundamental, por tanto, tener en cuenta diversos factores de riesgo que a menudo suelen pasar desapercibidos y hacer una planificación adecuada antes de emprender la travesía máxime si se realiza con menores a bordo.
Afortunadamente, el colectivo de los niños (hasta 14 años) representó la tasa de mortalidad por accidentes de tráfico más baja en 2016, siendo el grupo de edad de 45 a 54 años el más afectado con 225 muertos, un 19% del total, de acuerdos ofrecidos por la DGT. Para seguir reduciendo la cifra de fallecimientos de menores año tras año (en 2015 fueron 25) la startup viguesa Help Flash ha elaborado una serie de consejos para que los niños viajen seguros:
-Sujetarles bien: la legislación obliga a contar con sistemas de retención infantil en el vehículo cuando se viaja con niños. El regazo de un adulto a más de 50 kilómetros por hora es incapaz de sujetar a un menor en caso de frenazo repentino. Así, además de contar con el sistema adecuado al menor por edad y tamaño, también hay que verificar que cumple con la homologación europea. Los menores de cuatro años o que pesen menos de 18 kg deben ir orientados a contramarcha para evitar lesiones cervicales, en caso de choque frontal.
-Menores de 15 meses, a contramarcha: los niños de entre 0 y 15 meses deben viajar en sentido contrario a la marcha, una opción que también es recomendable para los que miden menos de 104 centímetros de altura, una estatura que de media suelen alcanzar al cumplir los cuatro años. De este modo, no sólo se protege su cabeza, que aún no está desarrollada por completo, sino que también, en caso de impacto, la fuerza de este será cinco veces menor que si se viaja en el mismo sentido que la marcha.
-Adaptar el sistema de retención a cada niño: los menores con una estatura igual o inferior a 135 cm deben utilizar un sistema de retención homologado, que se adecúe a sus necesidades. En el caso de que la cabeza del niño asome por encima del respaldo de la silla será necesario pasar a un sistema superior. Así, los menores del grupo 1 (de 9 a 18 kg) requieren sillas con cinturones propios de cinco puntos de anclaje, el grupo 2 (de 15 a 25 kilos) deben utilizar una silla e ir sujetos con el propio cinturón del vehículo y los del grupo 3 (de 22 a 36 kilos) tan solo requieren un asiento elevador, que les permita adaptarse a los anclajes laterales del cinturón de seguridad.
-Elevadores, mejor con respaldo: los elevadores son necesarios hasta que el niño alcanza los 150 centímetros de altura, los que no hayan llegado todavía a los 125 centímetros deberán utilizar un elevador con respaldo a la hora de emprender un viaje en coche. El objetivo no es otro que la completa sujeción de los hombros para que el menor quede sujeto por el cinturón de seguridad y asegurar una protección mejorada, en caso de impacto lateral.
-Comprobar la temperatura del interior del vehículo: si el coche ha estado expuesto al sol y ha alcanzado una temperatura excesiva, la salud del menos puede correr riesgos innecesarios. Abrir las ventanas antes de montar en el coche para que recircule el aire y se supere el primer impacto de calor, evitar que el sol dé sobre las superficies donde se sentarán los niños o accionar el aire acondicionado una vez que se hayan ventilado los sistemas de refrigeración, evitará que los niños sufran golpes de calor. No hay que olvidar que su reserva de agua es menor y, por lo tanto, su temperatura corporal sube más rápido que la de los adultos. Mantener a los niños bien hidratados durante el viaje es primordial.
-Ropa cómoda que permita libertad de movimientos: la ropa con un tejido más grueso ejerce una barrera ficticia entre el cuerpo del niño y el cinturón de seguridad, dado que, al apretar el arnés, no sujeta igual al menor y el riesgo de que salga despedido del vehículo es mayor.
-Evitar objetos sueltos durante el trayecto: pelotas, teléfonos móviles, botellines de agua o los nuevos spinners son elementos potencialmente peligrosos dentro de la cabina de un vehículo una vez que se ha iniciado la marcha. Si los niños quieren viajar con algún juguete entre sus manos debe ser blando. De esta forma se evita que, en caso de frenazo brusco, pueda lesionar a cualquiera de los pasajeros.