Un rally en Polonia. Un piloto al volante. De pronto, ocurre algo completamente inesperado: se queda con el volante en la mano. Pero tras unos momentos de desconcierto, el piloto no se arredra.
Sin dudarlo, vuelve a poner el vehículo en marcha y continúa la carrera. Así sin volante, haciendo gala de su pericia, ganas y valentía. El vehículo concluye ese rally en la localidad polaca de Debrzno y consigue cruzar la línea de meta. Toda una hazaña.