
Rusia podría endurecer las medidas de represalia contra las naciones occidentales sumando al veto de la compra de alimentos la prohibición de las importaciones de automóviles, si la Unión Europea y EEUU imponen sanciones adicionales al gobierno de Moscú por su actuación en el conflicto de Ucrania, según informaba ayer el diario local Vedomosti.
El impacto de la medida sobre los muchos fabricantes de automóviles extranjeros podrían atenuarse en el caso de aquellos que poseen fábricas dentro de Rusia y que, por lo tanto, no se verían afectados. Ahora bien, hay marcas de gama alta con fuerte presencia en el mercado ruso como Mercedes-Benz o Volvo que serían más vulnerables, ya que precisan de importación para vender sus coches en el país.
Vedomosti asegura que la prohibición de las importaciones de vehículos se encontraba entre las propuestas adicionales y aunque el presidente ruso Vladimir Putin habría rechazado la idea, ésta seguiría siendo una opción en caso de que las naciones occidentales volviesen a la carga con nuevas sanciones a Rusia.
Citando una fuente gubernamental no identificada, el periódico afirma que Rusia podría prohibir total o parcialmente las importaciones de automóviles procedentes de países que imponen sanciones a Moscú, si bien también cita a otra fuente diciendo que el gobierno aún no había recibido instrucciones de preparar la introducción de las nuevas medidas.
En cualquier caso, la información no especifica si la prohibición propuesta abarcaría a todos los vehículos turismos. Los vehículos importados representaron el 27 por ciento de las ventas de automóviles de pasajeros en el primer semestre de 2014, mientras que para camiones y autobuses, la proporción fue del 46 y 13 por ciento respectivamente, según los datos difundidos por Vedomosti.
Por otro lado, no es la primera vez que desde el gobierno ruso amenazan con frenar la importación de coches. En un contexto diferente, el pasado mes de marzo el ministro de Industria ruso, Denis Manturov, avanzaba que existía un proyecto de ley para restringir la compra de automóviles importados con el fin de proteger a la industria local e impulsar su actividad.