
En tan sólo una semana, General Motors ha establecido las bases de una nueva etapa tras su reestructuración a raíz del rescate estatal de 2009: con el nombramiento de la Mary Barra como la primera mujer en la presidencia ejecutiva, la reorganización en Europa y el fin de la producción en Australia, el gigante de Detroit inicia la fase de consolidación del 'milagro' de su recuperación.
Cuando el crack de 2008 dejó devastada la economía de Estados Unidos, General Motors se vio abocada a la quiebra sumida en miles de millones de deudas. En aquel momento se temía que el mayor icono de la industria estadounidense desapareciese para siempre, pero la intervención del Estado en el último segundo, en contra de la opinión de muchos, logró con un rescate de 50.000 millones de dólares evitar el cierre que habría supuesto la supresión de 1,2 millones de puestos de trabajo.
Aquel rescate, lejos de ser el final a un siglo de historia, no supuso más que el punto de partida para una nueva etapa. General Motors se reorganizó, llevando a cabo múltiples recortes, pero el esfuerzo mereció la pena: en tan sólo dos años, el grupo automovilístico volvía al número uno en ventas a nivel mundial, tras haber sido destronado por Toyota el ejercicio anterior, repitiendo liderazgo en 2012.
Hoy, menos de cinco años después, GM tiene en sus arcas 27.000 millones de dólares en efectivo, más 10.500 millones de dólares en instrumentos financieros, una estructura industrial saneada y planes de expansión en todo el mundo especialmente en el prometedor mercado chino. Sólo el decadente mercado europeo lastra en estos momentos los resultados de la compañía; por ello, la directiva ha decidido dejar de vender automóviles de Chevrolet en Europa y dejar aquí únicamente a su filial alemana Opel.
Además, el éxito tras su resurrección se ha convertido también en el éxito de la gestión de Barack Obama al frente de la Casa Blanca: tras la venta de la participación en el capital de GM adquirida con el dinero del rescate, el Tesoro estadounidense ha recuperado casi 40.000 de los 50.000 millones de dólares inyectados entonces.
La historia del Grupo Chrysler es similar, aunque en este caso además del rescate estatal, el fabricante debe su actual éxito también a la habilidad de Sergio Marchionne, el empresario de origen italiano que dirige Fiat y Chrysler. Aunque su situación financiera no es tan saneada como la de GM, los beneficios del Grupo Chrysler (compuesto por las marcas Chrysler, Dodge, Jeep y Ram) en los nueve primeros meses de 2013, sumaron 1.100 millones de dólares con previsiones de ganar hasta 2.200 millones en el conjunto del año, cifra a la que se añaden los casi 13.000 millones de dólares de que dispone en caja.
También Ford, que a diferencia de GM y Chrysler no necesitó ayudas públicas para superar la crisis de 2008-2009 gracias a que empezó su reestructuración en 2006, ha vivido un 2013 espectacular. Hasta septiembre, los beneficios de la compañía sumaban más de 4.000 millones de dólares, algo más que en el mismo periodo de 2012. Y como en el caso de GM, sólo la mala situación de Europa, y los gastos asociados con la reestructuración en el continente, han impedido que los beneficios de Ford fuesen incluso mayores.
El 'Big Three', símbolo de la recuperación económica
De este modo, la buena posición del 'Big Three' de Detroit, como se conoce en Wall Street a estos tres fabricantes, se ha convertido en uno de los símbolos que mejor ilustra la recuperación económica de EEUU, que ha generado la necesidad en los consumidores de renovar sus vehículos.
Tras la crisis financiera de 2008, las ventas de vehículos nuevos en Estados Unidos se desplomaron a 10,6 millones de unidades en 2009, lejos de los 17 millones alcanzados en 2006. Pero desde 2010 las ventas han ido recuperándose lentamente y en 2013 el sector espera que la cifra supere los 15,5 millones de unidades. Sólo de enero a noviembre la cifra era ya de 14,4 millones de unidades según cifra del Departamento del Comercio.
Para los analistas, la clave de este notable incremento de las ventas está en que finalmente en 2013 el sector financiero estadounidense facilitó de forma más decidida el crédito a particulares y empresas. El otro factor ha sido la popularidad de las grandes camionetas "pickup" un modelo que en Norteamérica es el caballo de batalla diario de millones de autónomos.
El resultado es que en 2013 los consumidores estadounidenses habrán gastado más de 370.000 millones de dólares en la adquisición de nuevos vehículos, más que nunca en la historia del sector.