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El Tesoro de EEUU vende sus últimas acciones de General Motors tras el rescate

El Tesoro de Estados Unidos ha anunciado la venta de las últimas acciones que poseía de la automovilística General Motors (GM), con lo que finaliza su participación en la compañía tras el multimillonario rescate de 2008 con el que los contribuyentes han perdido casi 10.000 millones de dólares.

En un comunicado, el secretario del Tesoro, Jack Lew, afirmó que el gobierno federal ha recuperado 39.000 millones de los 49.500 millones de dólares aportados para salvar al gigante automovilístico de Detroit de la bancarrota. "El liderazgo del presidente estadounidense (Barack Obama) a la hora de responder a la crisis financiera ha ayudado a estabilizar la industria automovilística, y prevenir una nueva Gran Depresión", afirmó Lew.

"Con la venta final de las acciones de GM, este importante capítulo de nuestra historia se ha cerrado", agregó el secretario del Tesoro, quien ya había adelantado su intención de salir de la compañía antes de finales de 2013.

Fin a cinco años de controversia

Con su salida definitiva de General Motors, Estados Unidos pone punto final a uno de los capítulos más controvertidos de la crisis económica de 2008-2009, el del rescate de General Motors (GM) con la inyección de más de 50.000 millones de dólares.

Dicho rescate, junto con el del Grupo Chrysler, fue criticado en su momento por el Partido Republicano, que acusó a la Administración del presidente Barack Obama de intrusión en el sector privado. Incluso algunos de sus líderes advirtieron de que era el primer paso hacia "el socialismo".

Otros como el actual presidente de la Cámara Baja, el republicano John Boehner, pronosticaron que las empresas participadas por el Gobierno nunca tendrían éxito económico. Durante este tiempo los críticos del acuerdo insistieron en llamar a GM de forma despectiva como "Government Motors".

Pero, cinco años después del rescate, no sólo General Motors y el Grupo Chrysler han sobrevivido, sino que generan miles de millones de dólares de beneficios al año y han devuelto gran parte del dinero a los contribuyentes estadounidenses. De este modo, Barack Obama se ha alzado como vencedor en la decisiva batalla del automóvil frente a la oposición republicana, victoria que se antojaba clave en su reelección del pasado año.

No es de extrañar que hoy tanto Obama como el secretario del Tesoro, Jack Lew, disfrutasen del anuncio de la salida del Gobierno estadounidense de GM. Obama recuerda en un comunicado que "la industria automotriz estadounidense está de vuelta", los tres principales fabricantes del país (GM, Ford y Chrysler) "son rentables por primera vez en casi una década" y la industria "ha añadido más de 372.000 nuevos puestos de trabajo".

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