
El pasado mes de agosto Tesla empezaba a comercializar sus coches eléctricos en Europa con un objetivo que no es precisamente modesto: la start-up automovilística liderada por Elon Musk abrirá, sólo en Alemania, hasta seis puntos de venta sólo en los próximos meses y entre ceja y ceja ya se propone hacer frente ni más ni menos que a BMW.
Ni su escasa experiencia en el mercado, ni el hecho de que los fabricantes de coches de lujo alemanes jueguen en casa, asusta a Tesla en el reto. "El europeo es un terreno propio de Daimler, BMW y Audi, pero estamos seguros de que tenemos un producto que está a la altura", afirma convencido Bryan Batista, director de ventas de Tesla.
Ni siquiera preocupa a la compañía el hecho de que sólo enfrente un coche eléctrico (el célebre Model S), segmento que no termina de despegar como se esperaba desde el sector, a berlinas equivalentes con una amplia gama de motores de combustión, e incluso híbridas, y una gran tradición a sus espaldas.
Lo reconocen en Tesla, su competencia son las berlinas alemanas: "Nuestros competidores son el Mercedes-Benz Clase E, el BMW Serie 5, el Audi A6...", enumera Diarmuid O'Connell, vicepresidente de desarrollo de la marca, quien justifica su ambición con la intención de "crear un gran coche, no un gran coche eléctrico". Además, los de Elon Musk ya planean la expansión de su catálogo con nuevos modelos como el todoterreno Model X o una próxima berlina media cuyo objetivo será competir de tú a tú con los Serie 3, Clase C y A4.
No será fácil
Además, los responsables de la empresa asentada en Silicon Valley confían en que su condición de pioneros en la apuesta por hacer coches eléctricos de lujo sea recompensada conforme los vehículos de cero emisiones se vayan consolidando en el mercado. Entre los fabricantes de automóviles tradicionales, "ha habido una renuncia al cambio, a abandonar la tecnología de motores de combustión interna, que ha sido y es el pan de cada día de estas empresas. Nosotros no tenemos ese legado", recuerda Batista.
No lo tendrá fácil Tesla, en cualquier caso, a la hora de conquistar el mercado europeo, y en especial el alemán, toda vez que sus conductores han demostrado siempre una alta fidelidad hacia este tipo de marcas. "Tesla tiene una imagen positiva, pero es un actor en un nicho único", explica Stefan Bratzel, director del Centro de Gestión de Automoción de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bergisch Gladbach, en Alemania. La compañía "todavía tiene que probarse a sí misma" con competencia en su segmento.
Las reacciones del sector al desafío de Tesla
Mientras, el descaro y el éxito demostrado por Tesla con su eléctrico ha recibido la atención de todo el sector y, especialmente, desde Daimler, que posee un 4% de la compañía de Elon Musk. El fabricante de Sttutgart montará las baterías desarrolladas por Tesla para la versión eléctrica del Mercedes-Benz Clase B.
A raíz del desafío directo que supone el desembarco de Tesla en Europa, mucho se ha hablado de la presunta rivalidad entre el Model S y el esperado i8 de BMW. Es cierto que, como afirman en BMW, desde donde no ven un rival en la berlina californiana para su familia eléctrica i, son "animales diferentes": el Tesla es eléctrico, mientras que el i8 es un híbrido enchufable, aunque ambos tienen el mismo espíritu de ofrecer al mismo tiempo deportividad en un vehículo más limpio que los modelos tradicionales de este segmento.
En la comparación, a priori sale perdiendo el BMW frente al Model S de Tesla, al menos en lo referido a carácter eléctrico y precio. Si bien ambos tienen prestaciones mecánicas similares -uno con 362 y otro con 306 CV, ambos aceleran de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos-, el Tesla es capaz de recorrer hasta 500 kilómetros sin tener que recargar sus baterías, mientras que i8 apenas tiene una autonomía eléctrica de 35 kilómetros, pasando a necesitar tirar del motor de gasolina a partir de entonces. Y, además, los más de 100.000 euros desde los que partirá el híbrido enchufable hacen asequibles los alrededor de 80.000 euros (sin contar impuestos) que cuesta el tope de gama del Model S.
Por último, el hecho de que la tecnología eléctrica de Tesla haya sido aplaudida por prácticamente todos -con hitos como ser el coche más seguro de Estados Unidos o haber revolucionado el proceso de recarga-, deja a sus rivales alemanes en un escalón por debajo en lo que a movilidad eléctrica se refiere.