En plena avalancha de renovación de siglas tipo GTI, ST y similares, o sea, las versiones deportivas de nuestros coches de toda la vida, Volkswagen riza el rizo y nos ofrece ahora la versión del Golf llamada GTD, que combina prestaciones racing con los consumos restringidos que ofrece el diésel.
Y claro, llegados a este punto, surge la eterna duda: ¿GTI o GTD? ¿Prestaciones míticas o grandes pretaciones con un consumo contenido? Evidentemente, y si la cuestión económica no es fundamental a la hora de tan difícil elección, está claro que el que tomará la decisión será sin duda el "tacto" del conductor. Porque, en lo que se refiere a prestaciones, los números cantan: 220 CV de potencia del GTI por 186 del GTD; 246 km/h de velocidad punta frente a 230; 6,5 segundos de aceleración por 7,5; y seis litros de consumo medio del GTI por 4,2 del GTD. Todos estos números en referencia a las versiones más baratas de ambos modelos. Porque un dato "importante", como es el del precio, no va a ayudar mucho: 31.010 euros del gasolina por 31.000 del diésel, solo diez de diferencia.
Este nuevo GTD se ha construido sobre la base del motor de moda en el consorcio alemán, el 2.0 TDi que ya monta el Seat León TDI FR, y todo ello "rodeado" por el chasis del renovado Golf GTI (séptima generación), con algunas ligeras modificaciones en el diseño, como son las llantas y, sobre todo, en los escapes (doble en los dos casos, pero uno a cada lado en el GTI y dos juntos a la izquierda en el GTD).
¿Diferencias? "Haberlas haylas", evidentemente, pero a no ser que seas un verdadero friki de la conducción deportiva, son imperceptibles. Porque 34 caballos de diferencia a esas alturas de potencia tampoco son una enormidad, y porque, por lo demás, el comportamiento del GTD cumple las premisas mínimas de quien decide gastarse unos euros más de la media en este tipo de vehículos para buscar más sensaciones en su conducción. Y luego, claro, si miramos a la agujita, vemos que su consumo mixto se para en unos estratosféricos 4,2 litros en ciclo mixto, lo cual es un argumento poderoso en estos tiempos.
Junto a todo ello, disponemos del sistema XDS+ de serie, que otorga al Golf GTD de un plus extra de estabilidad al emular el efecto de un diferencial bloqueable, por lo que el paso por curva a alta velocidad da la sensación de conducir sobre raíles un VW Golf "ferroviario".
Y no podía faltar el mayor elemento de fraude que puede montar un vehículo de estas características: el paquete "Sport+Sound" ofrece la macarra posibilidad (llamemos a las cosas por su nombre) de elevar los decibelios del ya de por sí potente motor del GTD. Algo que no es del gusto de todos, pero que también tiene su público.