El crossover más grande de cuantos componen la gama de Mercedes-Benz tendrá pronto su nueva versión más radical con la firma de AMG. Llegará el próximo noviembre con un motor V8 de 5,5 litros y 557 CV, dispuesto a abordar todo tipo de vías que se crucen en su camino con la deportividad máxima que cabe esperar de un apellido con esas siglas.
Uno de los puntos fuertes de este 4x4 es la suspensión deportiva AMG Ride Control con control de estabilización Active Curve System. En Mercedes prometen que gracias a estos mecanismos este coche es capaz de soportar el bache más grande con la solvencia y suavidad de quien circula sobre el más liso de los asfaltos.
A su motor V8 le acompañan unas cifras desorbitadas en todos los sentidos: en positivo, sus mencionados 557 CV y su par máximo de 760 Nm, canalizados a través del conocido cambio automático AMG Speedsfhit Plus 7G-Tronic; en negativo, como no podía ser de otro modo, sus altos valores de consumo (12,3 l/100 km) y emisiones de CO2 (288 g/km). Alcanza los 100 km/h desde el reposo en apenas 5 segundos -cifra bastante notable para tratarse de un SUV- y su velocidad máxima está limitada a 250 km/h.
Amplia capacidad de elección para el conductor
A la hora de ponerse al volante, este GL 63 AMG ofrece tres modos de conducción -Comfort, Sport y Sport plus- que variará el comportamiento de la suspensión en función de las necesidades del tipo de superficie que se vaya a transitar.
Por último, su interior destaca por la ergonomía, el espacio y la calidad exclusiva propia de habitáculos de los modelos más altos de la gama Mercedes-Benz, con un equipamiento de serie que, sin embargo, sabrá a poco cuando se atienda al amplio catálogo de opciones posibles.
La Clase M también se radicaliza