El mercado automovilístico italiano agudiza la crisis existente en Europa por culpa de un círculo vicioso que afecta, sobre todo, a la distribución. Mientras los consumidores todavía esperan que la caída de las ventas traiga unos precios aún más bajos, los concesionarios no parecen estar dispuestos a perder aún más del escaso margen de beneficios que les queda.
Con el gobierno de Italia desplomado por falta de confianza de inversores y consumidores, la esperanza de los clientes potenciales contrasta con el inmovilismo de los precios en el mercado del automóvil, en lo que la asociación local de concesionarios, Federauto, ha calificado de "círculo vicioso".
El paradigma Fiat
Fiat, el fabricante de coches transalpino, es el mejor ejemplo de los efectos que la crisis está dejando en aquel país. Hasta un 11% han caído sus entregas en lo que va de año, contribuyendo de manera decisiva al desplome de las ventas en Europa. Porque, en la actualidad, Italia es el cuarto mercado europeo, sólo por detrás de Alemania, Francia y Reino Unido.
Pero, a pesar de reinar en un nicho de consumo de automóviles tan importante, la firma italiana ha entrado en barrena y los expertos estiman que, a día de hoy, pierde alrededor de 800 millones de euros anuales. Tal es la situación por la que está pasando Fiat que sus accionistas han visto perder su valor en bolsa hasta un 39% sólo en 2011.
Los concesionarios lo pasan peor
Sin embargo, los distribuidores italianos llaman la atención sobre el hecho de que no son los fabricantes los más afectados por la caída de las ventas, poniendo el foco sobre los concesionarios. "Los productores pueden sobrevivir a la crisis gracias a sus ventas en otros mercados, como Brasil o China; los concesionarios no", destaca Filippo Pavan Bernacchi, director de Federauto, cuya familia lleva vendiendo coches de Fiat desde hace 60 años.
Los descuentos oscilan entre el 10% y el 20% y pueden incluso alcanzar el 35% en vehículos de kilómetro cero que se han registrado como usados para poder ser vendidos a un precio más bajo. "Algunos concesionarios están recortando puestos de trabajo, otros desaparecerán. Estamos en un círculo vicioso, nos estamos destruyendo a nosotros mismos, unos contra otros", se queja Bernacchi. Pero estas rebajas no son suficientes para atraer a nuevos compradores locales.
El peligro de una nueva recesión
Los expertos prevén que las ventas de coches en Europa occidental sigan cayendo un 2% en 2012, hasta las 12,5 millones de unidades, cifra que podría desplomarse hasta los 11 millones si la región, como se ha especulado, llegara a entrar en recesión el próximo año. Ya se sabe que cuando la economía no crece, el automóvil es el principal perjudicado por la falta de consumo.
Por ello, el actual escenario político-económico en Italia no es muy alentador para el mercado. Tal vez ahora, tras la dimisión del primer ministro Silvio Berlusconi y la formación de un gobierno de unidad (como ha sucedido en Grecia), aumente la confianza y los consumidores se lancen a la compra de coches nuevos, cuyos precios no parece vayan a bajar mucho más.
De no ser así, la situación del mercado italiano del automóvil se antoja catastrófica para los distintos actores del sector. "El mercado europeo sigue siendo muy poco gratificante", asegura el presidente ejecutivo de Fiat, Sergio Marchionne, en declaraciones a la agencia Bloomberg.
Marchionne, cabeza visible de la empresa de automoción por excelencia en Italia y por tanto una de las voces más autorizada en la economía transalpina, advierte de que "el mercado italiano va experimentar un volumen de ventas que no hemos visto desde 1996. De alguna manera, hemos perdido un valor de 15 años en el crecimiento del mercado".