
Ya no les funciona ni su estrella. El joven monegasco Charles Leclerc la pifió a lo grande en la primera vuelta del G.P. de Estiria, cuando se montó literalmente en el coche de su compañero Sebastian Vettel, lo que a la corta supuso el abandono de los dos coches de Ferrari.
Ferrari es a la Fórmula 1 lo que Brasil al Mundial de fútbol. Son casi siempre favoritos en los coches, pero son sin duda los más seguidos y admirados por la afición de todo el mundo. Los 'ferraristas' no son solo italianos, sino del mundo entero. Y eso a pesar de que el equipo está en alerta tan roja como sus bólidos.
En el Gran Premio de Estiria, una de las carreras inventadas para conformar un calendario mínimamente decente en este Mundial de la Pandemia, Leclerc, la estrella del equipo italiano, se cargó a Vettel, y a sí mismo, en una maniobra en la primera vuelta, provocando el más espantoso de los ridículos de un equipo que, ya se vio en la primera carrera, hace una semana en el mismo circuito austriaco Red Bull Ring, empieza mal, muy mal, el Mundial.
Y eso que en la primera carrera, el G.P. de Austria, Leclerc hizo magia y se aupó, a pesar de todo, al segundo puesto, mientras Vettel comenzaba su último año en Ferrari en plan vía crucis, histérico como él solo, y terminando en décima posición. Pero el G.P. de Estiria (la región austriaca donde se encuentra el Red Bull Ring) ha confirmado el desastre absoluto de Ferrari, que ya en la clasificación solo pudo meter a Vettel el último de la Q3, mientras Leclerc ni siquiera superaba la Q2.
Y así están las cosas. Ahora mismo, Ferrari es el cuarto equipo, si no el quinto, de la parrilla. Por delante tiene a los estratosféricos Mercedes (dos carreras, dos victorias), a Red Bull, a los sorprendentes McLaren e incluso a Renault. Y sin tiempo para lamerse las heridas, los de Maranello encaran, como el resto de escuderías, el tercer Gran Premio de la temporada dentro de justo una semana, en Hungría.
A este paso, en este Mundial tan loco del que de momento solo hay seis carreras más confirmadas, puede quedarse fuera de toda aspiración en breve, y centrar todas sus fuerzas en recuperarse para el curso que viene, en el que no olvidemos que nuestro Carlos Sainz sustituirá a Sebastian Vettel. Ferrari es Ferrari, por supuesto, es el equipo con mayor presupuesto y el que más carreras ha disputado en 70 años de Mundial, pero no olvidemos que no ganan el Mundial de pilotos... ¡desde 2007!, y de chiripa, cuando Kimi Räikkonën se aprovechó del mal rollo entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton en aquel McLaren, y se llevó la victoria en el Mundial en la última carrera.
El G.P. de Estiria confirmó de nuevo que vivimos bajo la 'dictadura Mercedes' desde hace ya demasiados años (sus pilotos han ganado los últimos seis Mundiales, cinco Hamilton y uno Nico Rosberg). Así, en el Red Bull Racing Hamilton, candidato numerísimo uno para ganar su séptimo Mundial y así igualar en el Olimpo de la F1 a Michael Schumacher, se resarció de su mal inicio hace una semana, y ganó sin grandes problemas. Pero el líder del Mundial sigue siendo su compañero, Valteri Bottas, que ha encadenado un primer y segundo puestos en Austria, que le encadenan al podio. Tercero fue Max Verstappen, que sin problemas mecánicos es sin duda el principal 'outsider' al trono de los monoplazas alemanes.
En cuanto a Carlos Sainz, no tuvo suerte. A pesar de salir por primera vez en su carrera en la tercera posición de la parrilla tras su gran clasificación el sábado, fue rápidamente sobrepasado por el Red Bull de Alexander Albon y el Mercedes de Bottas. Pero el desastre llegó con su primera parada en boxes, cuando un fallo de los mecánicos le hicieron tardar cinco preciosos segundos de más, lo que unido a problemas de vibraciones en su batería le condenaron finalmente a la novena posición. Aunque el madrileño logró otro récord personal: por primera vez en su carrera firmó la vuelta rápida de todos los participanes.
McLaren, a tope
Por su parte, la sexta plaza de su compañero, Lando Norris, confirma la progresión de McLaren, que ahora mismo es segundo en el Mundial de Constructores, detrás de Mercedes y por delante de Red Bull y Ferrari. Norris es tercero en el Mundial de pilotos, mientras Sainz es séptimo.
Y el domingo que viene, lo dicho, Gran Premio de Hungría, territorio Hamilton, para variar, pero con los McLaren lanzados a seguir sorprendiendo con su gran rendimiento, tanto en clasificación como en carrera. Ya solo queda que Carlos Sainz tenga un mínimo de suerte para seguir progresando en un Mundial que puede dar muchas sorpresas.