Motor

Luca de Meo: el 'hijo pródigo' vuelve a casa como presidente y director general de Renault

Luca de Meo toma hoy posesión como presidente y director general de Renault. La parábola del hijo pródigo se lleva a cabo con el retorno de De Meo a lo más alto de la automovilística que le dio su primer empleo dentro del sector de la automoción. Hoy toma posesión como nuevo presidente de Renault, en uno de los momentos más convulsos, y no solo por culpa del coronavirus, de la automoción europea y mundial.

Nacido en Milán en 1967, presidente de Seat desde noviembre de 2015, y verdadero autor del milagro de la firma española, que tras verse muy sacudida por la crisis de 2008, inició bajo su presidencia una auténtica remontada, que la llevó a ser líder de ventas en nuestros país en los últimos tres años.

A mediados de diciembre pasado, una bomba sacudió los cimientos no solo de la automoción europea, sino a nivel mundial: el Madrid fichaba a Messi. Más o menos parecido a nivel cuatro ruedas: el Grupo Renault fichaba a la estrella de su máximo competidor. Luca de Meo llegaría a Renault. Y hablamos del que es sin duda uno de los galácticos más codiciados dentro de la Champions League del mundo de la automoción. Y principalmente por su gestión al frente de Seat (y por tanto, también máximo mandatario de su marca subsidiaria, Cupra), tras una carrera de más de 25 años en el sector, que comenzó, precisamente, en Renault, de donde pasó a Toyota, y luego al Grupo Fiat, hasta su llegada en 2009 al Grupo Volkswagen, donde ejerció como director de Marketing y miembro del Consejo de Audi hasta su llegada a Seat en 2015.

El equipo que mueve ficha, Renault, viene de una época realmente movida, tras la defenestración del hombre fuerte de Renault-Nissan-Mitsubishi, Carlos Ghosn, que tuvo que dejar la Alianza cuando comenzaron a hacerse públicos sus malas prácticas financieras, que le han llevado incluso a sentarse ante un tribunal. Tras la salida del brasileño, y de su mano derecha, Thierry Bolloré, que fue destituido como CEO de Renault a finales del año pasado, el grupo francés ha estado gestionado por un triunvirato provisional formado por los franceses Clotilde Delbos y Olivier Murguet, junto al español José Vicente de los Mozos. Por lo tanto, Renault necesitaba un giro de timón radical, y qué mejor que el italiano para efectuarlo.

Para muchos, Luca de Meo es la persona ideal para el sillón preferente de la firma francesa. En la madurez de su carrera, con 53 años recién cumplidos, el directivo tiene fama de cercano, dialogante y de empatizar con todos sus empleados, desde el máximo director general hasta el más modesto operario de sus fábricas. Habla cinco lenguas, una de ellas el francés, por lo que su incorporación a Renault no va a tener ningún problema de comunicación. No en vano, De Meo inició su carrera profesional en el mundo de la automoción, en el departamento de Márketing de la firma francesa, donde estuvo entre 1992 y 1997, por lo que algo ya conoce de los entresijos del gigante francés de la automoción, que además encara un momento muy delicado a todos los niveles, tras el préstamo de 5.000 millones de euros que le acaba de conceder el Gobierno de Macron.

Las circunstancias de la vida han hecho que De Meo se haya perdido la crisis del coronavirus, al no poder incorporarse hasta hoy (negoció a la mitad  su compromiso con el Grupo Volkswagen de no poder incorporarse a otro grupo automovilístico durante un año después de su salida del consorcio alemán). Y aunque no dudamos que habrá gestionado al más alto nivel en la sombra, su reinado comienza en unas circunstancias tan especiales como difíciles.

Aunque, desde luego, no ha estado Luca de Meo al margen de la grave situación que atraviesa la compañía gala. Y es que el consorcio francés presentó a finales de mayo un plan de reestructuración con el que pretende ahorrar 2.150 millones de euros en los próximos tres años, a través del recorte de 14.600 empleos en todo el mundo y de una reducción de su capacidad productiva del 17,5% para 2024. De estos recortes se salva España, que cuenta con un total de 11.000 empleados en las cuatro plantas que Renault tiene ubicadas en Valladolid (dos factorías), Palencia y Sevilla. Así lo afirmó la consejera delegada interina de Renault, Clotilde Delbos, en la presentación de esta estrategia a medio plazo. La importancia de Renault en España radica en que su producción de vehículos en Valladolid y Palencia supusieron un total de 477.000 unidades en 2019, es decir, el 16,9% del total de la producción del grupo francés.

Este plan, que será una continuación de otro que prepara la compañía a largo plazo ante la llegada de Luca de Meo a la dirección, afecta directamente a Francia, con la reducción de 4.600 puestos de trabajo, y de otros 10.000 empleos en el resto del mundo. Además, Renault redimensionará sus capacidades industriales. La idea de la marca gala es revisar la capacidad mundial de producción de forma que para 2024 ésta se sitúe en 3,3 millones de vehículos, en comparación con los 4 mi-llones de 2019, lo que supondría una reducción del 17,5%".

Los que le conocen saben que el hombre de la sonrisa eterna es un extraordinario gestor de equipos.

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