El Estado francés ha concedido a la automovilística gala Renault un crédito avalado de 5.000 millones de euros para facilitar la liquidez de la compañía tras el parón por la pandemia del coronavirus.
Francia, que posee un 15% del capital de Renault, ha dado al visto bueno al programa de reestructuración que presentó la marca del rombo el pasado 29 de mayo en el que prevé 14.600 despidos en todo el mundo. De todos ellos, 4.600 se llevarán a cabo en Francia.
El acuerdo, que ha sido ratificado por el Estado francés, ha sido alcanzado junto con un consorcio de bancos: BNP Paribas, Crédit Agricole, HSBC France, Natixis y Société Générale.
Según ha explicado Renault, esta línea de crédito, que puede usarse de manera total o parcial, garantizará las necesidades de liquidez del grupo en un contexto de "crisis sin precedentes".
Las principales características líneas del crédito avalado son que sus fondos pueden utilizarse en una o más ocasiones antes del 31 de diciembre de 2020. Además, el vencimiento inicial de cada utilización de 12 meses, con la opción para Renault de extender el periodo adicional de tres años.
Asimismo, el Estado francés garantiza hasta el 90% del importe prestado.
Para ofrecer garantías públicas, Francia reclamaba a Renault diferentes compromisos vinculados con el vehículo eléctrico, el respeto de las compañías auxiliares y la localización en Francia de sus actividades tecnológicas más avanzadas.
El pasado lunes el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, se reunión con Renault para conocer cómo se llevaría a cabo esta reorganización y, sobre todo, para ver cómo afectaría esta situación a los empleados galos.
Plan de Renault
Con el plan que presentó Renault se pretende ahorrar 2.150 millones de euros hasta 2022 y también se recoge una redimensión de sus capacidades industriales. La idea de la marca gala es revisar la capacidad mundial de producción de forma que para 2024 esta se sitúe en 3,3 millones de vehículos, en comparación con los 4 millones de 2019, lo que supondría una reducción del 17,5%.
El plan de Renault incluye un proceso de optimización de los medios industriales por valor de 650 millones de euros. Para lograr estos objetivos, Renault ha lanzado una consulta para estudiar, desde las fábricas de Douai y Maubeuge, la creación de un centro de excelencia optimizado para vehículos comerciales eléctricos y ligeros. Asimismo, la marca mantiene una reflexión sobre la reconversión de la planta de Dieppe, una vez que termine la producción del Apline A110. Por su parte, la factoría francesa de Flins acogerá las actividades que se realizaban en la planta de Choisy-le- Roi, donde se creará un "ecosistema de economía circular". Además, Renault realizará una revisión estratégica de la fábrica de Caudan.
Fuera de Francia, los planes para aumentar la capacidad productiva en Marruecos y Rumanía quedan suspendidos, al tiempo que se estudiará la adaptación de las capacidades de producción del grupo en Rusia, así como la racionalización de la fabricación de las cajas de cambio a nivel mundial.
De otro lado, Renault llevará a cabo una mayor eficiencia de las funciones de soporte con el objetivo de ahorrar 700 millones de euros. Para ello, se optimizarán los gastos generales y de marketing.
Además, se llevará a cabo una reducción en los costes de ingeniería por valor de 800 millones de euros, al beneficiarse de los activos reforzados por la Alianza que mantiene junto con Nissan y Mitsubishi. Para lograr este ahorro se racionalizarán el diseño y el desarrollo de vehículos, al tiempo que se optimizarán recursos como los centros de I+D fuera de Francia y la subcontratación, el mayor uso de los recursos digitales y la concentración del desarrollo de tecnologías estratégicas de alto valor añadido en los centros de ingeniería.