Motor

Diez diferencias entre el Volvo XC40 eléctrico y sus hermanos de gama con motor de combustión

El Volvo XC 40 eléctrico se encuentra cada vez más cerca de convertirse en realidad: el 16 de octubre se presentará ante el gran público. El primer modelo 100% eléctrico de Volvo, desarrollado bajo la dirección de la asiática Geely (hoy propietaria de la firma sueca), plantea una serie de diferenciaciones si se compara con la gama actual de motor térmico. ¿Qué tiene en común y qué no con los XC 40 de motor diésel, gasolina e híbrido?

- Diseño exterior: mantiene el mismo lenguaje, que refleja la nueva cara de la familia Volvo más reciente. Sin embargo, la ausencia de ciertos elementos como las salidas de escape o la parrilla de refrigeración logra que se dibujen unas superficies aún más limpias y elegantes, tanto en la parte frontal como en la zaga.

- Tras la nueva parrilla cerrada se esconden los sensores de la nueva plataforma ADAS de sistemas de ayuda al conductor (Advanced Driver Assistance Systems).

- Diseño interior: una nueva interfaz de conductor, diseñada específicamente para vehículos eléctricos, mantiene al conductor informado sobre los datos relevantes, como el estado de la batería, mientras que el paquete de diseño interior incluye detalles de estilo deportivo y alfombrillas de materiales reciclados.

- Personalización: a la paleta de ocho colores de carrocería se suma uno nuevo (verde Salvia metalizado) que remarca el carácter 'eco' del coche junto a las dos nuevas opciones de llantas en 19 y 20 pulgadas.

- Almacenaje: al desaparecer el motor de combustión queda un hueco libre en el vano que sirve como espacio de almacenaje extra con 30 litros de capacidad. También hay huecos portaobjetos más funcionales en las puertas y debajo de los asientos, un gancho abatible para colgar pequeñas bolsas y una papelera desmontable en la consola central.

- Plataforma modular compacta CMA: la versión eléctrica del Volvo XC40 y las versiones con motor de combustión se asientan sobre la misma plataforma, si bien la primera lleva una batería integrada en el suelo del vehículo. En Volvo aseguran que, dada su ubicación, esta batería no afecta a la habitabilidad interior.

- Dinámica: Aunque el peso total del conjunto aumentará frente a los modelos con motor térmico, cosa que siempre sucede en todo coche eléctrico, al ir la batería alojada en la parte inferior, el centro de gravedad será más bajo y tendrá consecuencias positivas en términos de estabilidad.

- Prestaciones: de momento existen motores diésel, de gasolina e híbridos, con potencias de entre 150 y 252 CV. Desconocemos la potencia del motor eléctrico, pero lo que es seguro es que, gracias a la entrega instantánea de potencia y par, tendrá unas capacidad de aceleración a la altura de los más potentes de la gama.

- Autonomía: la cantidad de kilómetros que podrá recorrer con una sola carga (aún no hay datos oficiales) a buen seguro será inferior que la de sus hermanos con motor tradicional, lo que limitará sus opciones de uso.

- Precio: muy probablemente, este será otro argumento en contra frente al resto de la gama. Partiendo de la base de que el Volvo XC 40 tiene un precio elevado frente a su competencia, la versión eléctrica será solo apta para bolsillos pudientes.

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