
El Grupo Volkswagen deja atrás el pasado y está volcado en una estrategia de movilidad sostenible y limpia centrada en la democratización del coche eléctrico. El objetivo que se ha marcado el gigante automovilístico alemán, propietario de la marca española Seat, es vender hasta el 2028 unos 22 millones de coches eléctricos repartidos entre todas sus marcas y en todos los mercados donde operan, según adelantó el presidente del grupo Volkswagen, Herbert Diess, a un reducido grupo de periodistas españoles.
Para ello, es necesario abaratar el precio, hoy muy por encima de los modelos de combustión. Diess anunció que para el próximo año tendrán en el mercado un coche a un precio equivalente a su homólogo de combustión. El presidente concretó que estaría por debajo de los 30.000 euros, similar a un Golf bien equipado, con una autonomía real de 400 kilómetros.
El máximo responsable de Volkswagen, que conoce bien España donde trabajo varios año y habla perfectamente el español, cuantificó en mil millones de euros la inversión que ha tenido que afrontar el grupo para poner en marcha la plataforma I.D donde se fabricarán los modelos eléctricos de las distintas marcas del grupo.
El hándicap de las baterías
Herbert Diess reconoció, no obstante, que existe un problema de suministro de baterías, especialmente si el mercado se acelera. A tal fin, desveló que está en conversaciones con un productor de baterías, que no desveló, aunque aclaró que es asiático. Diess fue especialmente duro al criticar a la industria auxiliar del automóvil europea, por no tener el coraje de afrontar la investigación y el desarrollo de baterias.
De todas formas, el Grupo Volkswagen ha puesto en marcha un proceso para desarrollar sus propias baterías para poder afrontar la expansión que prevé para los próximos años. En definitiva, la batería es la pieza angular de un coche eléctrico, pues supone el 40% del valor del automóvil.
Efecto sobre el empleo
Respecto al impacto que puede tener en el empleo el cambio del producir coches de combustión a modelos eléctricos, el presidente del grupo automovilístico alemán reconoció que puede suponer una perdida hasta del 40% de los empleos.
Como ejemplo, explicó que la fábrica de Hannover encargada de los comerciales directos que se transformará en una de las ocho plantas que adoptará la nueva plataforma I.D reducirá de 15.000 a 10.000 trabajadores.