
El Quijote cumple más de 400 años desde el comienzo de sus andanzas por los campos de Castilla- La Mancha. Una región con una gran variedad de paisaje y con una riqueza, tanto histórica como cultural, para recorrer siguiendo las trazas de la pluma Cervantina.
Las rutas del ingenioso hidalgo son reconocidas oficialmente. Atraviesa 148 ciudades, una distancia total de 2.000 kilómetros que está dividida en 10 itinerarios y 56 etapas.
Uno de los lugares emblemáticos del recorrido se encuentra en Campo de Criptana, Ciudad Real, característico por los molinos de vientos contra los que luchó Don Quijote en uno de los capítulos más famosos de la novela. Lejos de las aventuras, se encuentra el Restaurante Las Musas, un sitio donde poder degustar platos manchegos típicos de esta provincia, donde su indiscutible encanto junto con su privilegiada ubicación, le convierte en un lugar imprescindible donde coger fuerzas antes de empezar.
Continuando con la ruta, a 18 kilómetros, nos encontramos con el Toboso, ciudad natal de la amada del personaje, Dulcinea. Aquí, respecto a la obra, se encuentra el Museo Cervantino, dueño de numerosas ediciones especiales de El Quijote y el Museo de la casa de Dulcinea. Al margen de la ficción, cabe conocer las casas típicas del pueblo, viviendas tradicionales manchegas levantadas entre los siglos XVI y XVII. En esta localidad, se puede hacer una parada en el Mesón La Noria de Dulcinea, donde degustar platos típicos manchegos en una terraza muy agradable.
Rumbo al sur, por la carretera que lleva a Ossa de Montiel, ya provincia de Albacete, nos adentramos en el capítulo vigésimo segundo, uno de los más conocidos de la novela, en la cueva de Montesino, donde Don Quijote durmió durante tres días mientras, en realidad, pasaba sólo una hora. También nos encontramos con el castillo de Rochafrida, se trata de la fortaleza, actualmente un montón de ruinas, de construcción musulmana conquistada por los cristianos tras la batalla de las Navas de Tolosa y abandonada en el siglo XIV.
Siguiendo nuestra ruta, alejada de las hazañas del noble caballero, es imprescindible pararse para visitar el Parque Natural de las Tablas de Daimiel. Esta espectacular reserva natural es uno de los ecosistemas acuáticos más importantes de la Península Ibérica tanto por la variedad de fauna y flora que habitan en ella, así como por el paso de las aves migratorias.
Continuando por Puerto Llano, en Ciudad Real, comienzan los campos de Calatrava donde se pueden apreciar restos históricos como las ruinas del castillo de Salvatierra. Tomando el camino de ida como referencia, pero kilómetros atrás, llegamos al destino final, Argamasilla de Alba, pueblo donde se encuentra la cueva de Medrano, donde se dice que Cervantes, estando preso, empezó a escribir una de las mejores novelas de la historia de la literatura española, El Quijote.