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De excursión por Guadarrama

A menos de una hora de la capital, se encuentra la Sierra de Guadarrama, un paisaje declarado Parque Natural que ofrece una variedad de actividades para disfrutar en plena naturaleza.

Para los amantes del deporte de montaña, esta sierra dispone de más de 500 kilómetros donde poder realizar rutas a pie, en bicicleta, o escalada, para quienes busquen un poco más de emoción. Pero este paisaje no es solo para los deportistas, sino para todos aquellos que busquen evadirse de la ajetreada y contaminada vida de la ciudad.

La Sierra de Guadarrama ofrece diferentes rutas ajustadas al estado físico, tiempo y paisajes, que promete no dejar indiferente.

Es imprescindible visitar el embalse de la Jarosa, una preciosa ruta caracterizada por las abundantes jaras en flor que te acompañan todo el recorrido dando nombre al camino. En su entorno, también se puede disfrutar de El Bosque Plateado, donde los pinos silvestres y resineros, robles, jaras y zarzamoras abren camino a la vera del Arroyo del Picazuelo y el Arroyo de la Jarosa. Entre la biodiversidad se abre paso a un pueblo fantasma de origen medieval de La Herrería, abandonado a mediados del siglo XVII, donde perduran los restos físicos e históricos de la Ermita de San Macario.

De valles a las alturas, donde se encuentra el pico de Peñalara, es el más alto de la cadena, 2.428 metros, que merece ser visitado tanto en verano como en invierno. Para la subida a la cima no se necesita una buena condición física, solo ganas de disfrutar de la belleza de su paisaje, gracias a sus roquedos, neveros, lagunas, praderías y paredones.

Para un chapuzón salvaje se encuentran las Presillas de Rascafría, en el valle de Lozoya o, como otra opción y, la más conocida por los jóvenes, es la Charca Verde de La Pedriza. Este último paraje es una joya turquesa entre rocas, donde además se encuentran otras pozas donde refrescarse, en verano.

Y una buena excursión debe terminar, al menos, con una buena degustación gastronómica y, la Sierra de Guadarrama no iba a ser la excepción.

Un rotundo "volverás" te ofrece La Chimenea, un restaurante al más puro estilo rústico, de paredes de piedra y mobiliario de madera, se podría definir como el típico restaurante de la Sierra de Madrid. Su singularidad es gracias a sus platos estrella, sus croquetas y sus platos de carne, estas últimas hechas en el momento en un gran horno de leña. Además, cuenta con una extensa carta de diferentes raciones, todas caseras. Para quienes busquen un paso más, de la tradición a la sofisticación Torreblanca, donde cuentan de carnes y otros platos de más elaboración.

Una alternativa de plan perfecto para evadirse del estrés que sufren los madrileños en su día a día.

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