
La abogada Patricia Gabeiras dejó la gran firma para la que trabajaba, Roca Junyent, para emprender un proyecto de despacho diferente. "Somos socialmente responsables", asegura. Sin embargo, estos abogados no venden este eslogan porque hagan un poco de probono. Todos los asuntos que llevan tienen un impacto social. "Y además, lo hacemos ganando dinero", apunta. "Hemos demostrado que se puede ganar dinero ejerciendo la abogacía de forma responsable", señala. La abogada dirige ahora su propia firma, Gabeiras & Asociados, un sólido equipo de abogados, con un alto perfil profesional y profundamente comprometidos con la sociedad.
¿Qué les diferencia del resto?
Todos los temas que llevamos en el despacho tienen un impacto social. Nos cuesta hablar de ética porque parece que los demás que nos son éticos. Estamos más cómodos con el término socialmente responsables. Creemos que el derecho es una herramienta que hay que poner al servicio de crear una sociedad mejor. Muchas veces no somos conscientes de que tenemos una herramienta de poder y transformación.
¿En qué áreas centran su ejercicio profesional?
Nos dedicamos mucho a cumplimiento normativo en materia financiera. Por otra parte, sostenibiidad y medio ambiente. También trabajamos mucho en cambio climático. Realmente todas las áreas las tenemos muy conectadas. Nos ocupamos, por ejemplo, de financias sostenibles, productos verdes o descarbonización de carteras. Llevamos entidades como fundaciones o sin ánimo de lucro. Nos preocupa mucho también la sociedad digital y los derechos fundamentales. Tenemos asuntos sobre libertad artística, derechos de los menores, privacidad, derechos de imagen. La libertad de expresión creemos que es fundamental.
Los asuntos financieros parece que no cuadran mucho con un despacho "socialmente responsable".
Lo que hacemos es no discriminar por cliente, sino por asunto. Podemos asesorar entidades financieras, sí, pero lo hacemos para que cumplan. Lo que no vamos a hacer nunca es defender a una entidad financiera ante un incumplimiento. Para ello, siempre hacemos un análisis del asunto que nos propone y si vemos que es resultado de una mala práctica no llevamos el asunto.
¿Cómo han llegado a trabajar así?
Lo hemos hecho todo esto de manera muy natural.
Pero usted antes trabajada en un gran despacho. El cambio es radical
Con Miguel Roca aprendí una barbaridad. Aprendí, por ejemplo, lo que es el lobby legislativo.
¿También hacen labores de lobby?
Estamos muy centrados en el impulso de las modificaciones legislativas que sean necesarias. Ahora estamos coordinando el desarrollo del Estatuto del Artista. Nos han pedido coordinar esos trabajos y elababorar los textos para presentar ante el Ministerio. Esa labor de mover todas las piezas para coger un camino que al final te clarifique una situación legal, la aprendí de Miguel Roca, sí.
¿Dentro de una firma grande es más difícil hacer lo que hacen aquí?
Yo lo que veía que tenía distinto es mi forma de ejercer el Derecho. Me encuentro más cómoda y libre en un despacho como este, porque en los grandes estás más condicionado por los clientes de los demás socios, cosas que aquí, evidentemente, no pasan.
¿Qué asuntos les han llevado más trabajo?
Hemos llevado muchos sobre plataformas multidivisa. De hecho, las primeras cinco sentencias son nuestras. Sin embargo, esto no quiere decir que seamos un despacho que vaya en contra de los bancos o sus intereses por el hecho de ser bancos. En este caso, en concreto, hemos creído que este producto no es en absoluto idóneo para los ciudadanos. Solo eso. De hecho, ahora estamos asesorando a una entidad financiera para que esto no vuelva a ocurrir.
¿Hacen más cosas a parte de la labor propia de la abogacía?
Precisamente, por este tema financiero una de las cosas que hemos hecho es promover un curso de especialista en cumplimiento normativo de entidades financieras, porque creemos que la labor de educación y formación para los propios trabajadores es esencial.
¿Cuál ha sido el problema aquí?
Muchas veces el problema viene de que los departamentos financieros y jurídicos no están en diálogo. De este modo, los contratos no se hacen correctamente. Esto sucede porque el jurista no conoce todos los riesgos que tiene el producto que quiere vender determinado banco. Es lógico. Los juristas no pueden convertirse de repente en operadores financieros que conozcan todos estos riesgos. Esta formación jurídico financiera es la que creemos que tienen que tener estos responsables de cumplimiento y, por ella, apostamos.
¿Cuál es su forma de trabajar? ¿Los abogados son diferentes a los de otros despachos más convencionales?
Aquí no se prima que la gente se tenga que quedar hasta tarde todos los días. Todos los abogados de esta casa tienen formación todos los años. Por otra parte, hemos apostado por algunas cosas que son poco comunes en los despachos. Tenemos nutricionista, entrenador personal, seguro médico o clases de inglés en el despacho.
El asunto de la formación siempre es polémico. Muchas de las personas que formas pueden irse con esa formación a la competencia.
Si tienes miedo de formarle y que se vaya, más miedo deberías de tener de no formarle y que se quede. Para mí, es un orgullo que nos quiten gente de otros despachos. Que tengamos aquí profesionales buscados por las grandes firmas quiere decir que vamos en la buena dirección.
¿Tan importante es para usted que los trabajadores estén contentos?
Es una apuesta desde el principio. Ahora mismo estamos estamos en proceso para conseguir el sello B Corp. Queremos ser el primer despacho en conseguirlo.
¿Cuánto cuesta todo esto?
Todo esto lo hacemos ganando dinero. Tenemos ánimo de lucro. Lo cual confirma que se pueden hacer negocios de otra manera.