Ecoaula

La repetición fomenta el aburrimiento y desmotiva a los estudiantes, alejándolos de su futuro académico

  • Cualquier estudiante podría ahorrar tiempo y no tendría que renunciar a su hobbies
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En un momento donde España se posiciona por segundo año consecutivo como el país de la Unión Europea con la mayor tasa de abandono escolar, con un 17,9% según datos de Eurostat, y con la convocatoria de exámenes de junio cada vez más cerca, no podemos seguir obviando que hay algo que no está funcionando en las aulas.

Decir que el mundo está cambiando es un tópico al que estamos habituados pero sobre el cual todavía no somos completamente coherentes, porque no obstante todo a nuestro al rededor ha comenzado a moverse con gran dinamismo, en el ámbito académico nos hemos conformado quedándonos detrás de unos bancos de madera desgastados dispuestos en filas, delante de un profesor con una pizarra y algunas tizas.

Constantemente demandamos entretenimiento y diversión, así como experiencias interesantes y multimediales, pero nos hemos olvidado de hacer lo mismo con el aprendizaje.

Durante los años escolares, la mayoría de estudiantes soportan como pueden la tarea de ponerse delante de los libros, de leerlos, releerlos, escribir resúmenes, hacer esquemas y repetir durante horas y días la información hasta dejarla impresa en la mente, al menos hasta que llegan al examen. No es de extrañar que la mayoría de ellos sienta ansiedad cuando piensan en el estudio, pues lo ven como algo aburrido, lento y difícil.

Estudiar rápidamente, recordar la información a largo plazo después de haberla visto tan solo una vez, olvidar la repetición y estudiar en una hora todo lo que normalmente requeriría de ocho, parecen habilidades sacadas de una película de ficción. No obstante, éstas son las habilidades que se deberían fomentar para que aprender dejase de ser una tediosa obligación y se convirtiera en el medio para conseguir ambiciosos objetivos.

Giacomo Navone, sociólogo y director de Curso Genius, comenta que "esta forma de aprender no es ciencia ficción, sino que es la forma natural de aprender y estudiar, aunque casi nadie sepa cómo hacerlo". Añade que "esto se debe a que el sistema educativo se concentra demasiado en el contenido (en el qué), y no tanto en cómo el alumno procesa y codifica ese contenido".

Para aprender de esta manera lo único que se necesita es un método de estudio personalizado que permita optimizar el proceso de estudio. Así, cualquier estudiante podría ahorrar tiempo y no tendría que renunciar a su hobbies, llegaría a los exámenes sin el miedo de olvidarse de la información, sería capaz de concentrarse mejor, descubriría que es capaz de conseguir grandes resultados que le motivarían para seguir adelante y dejaría de sentir que estudiar es una pérdida de tiempo que no refleja su esfuerzo.

En el estudio cantidad no es sinónimo de calidad, por eso Giacomo Navone afirma que con el método adecuado es posible estudiar más en menos tiempo sin temer al olvido y sin arriesgar la nota.

Hacer obtener resultados a los alumnos dentro y fuera de las aulas se ha convertido en un parámetro fundamental para fomentar su motivación por el estudio y contrarrestar la acusada tasa de abandono, algo que por otro lado es muy difícil de conseguir si nos rehusamos a cambiar la manera en la cual estamos acostumbrados a aprender y a enseñar.

Elaborado por Celine Campi, responsable de comunicación del Curso Genius.

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