
La LOMCE, publicada en el BOE el 10 de diciembre de 2013, no entró en vigor hasta 20 días después. En su disposición final quinta se especifica el calendario de implantación y se indica que las modificaciones en el currículo, organización, etc., para la ESO (1º y 3º) no comenzarían hasta el curso 2015-2016. De ahí que la primera promoción completa de la LOMCE que terminará estudios postobligatorios será la del curso 2020/2021. Por lo tanto, no se puede decir que la importante reducción del Abandono Educativo Temprano –se ha pasado en diez años (2008-2018) del 31,7% al 17,9%: 13,8 puntos de diferencia– sea producto de dicha ley.
Por el contrario, la LOMCE ha supuesto un retroceso en la equidad, la calidad y el derecho a la educación que ha afectado a un gran número de niños, niñas y jóvenes, además de un duro recorte en la inversión educativa y de un retroceso en los derechos sociales y laborales de los trabajadores y trabajadoras del sector de la educación.
A pesar del notable descenso del abandono, aún seguimos en el vagón de cola de los países más desarrollados, por lo que urge tomar medidas que fortalezcan el derecho a la educación: la escuela pública, como eje vertebrador del sistema educativo; las medidas de mejora de equidad dentro de los centros, asignando recursos a quienes más lo necesitan; las políticas de becas y ayudas en las enseñanzas no universitarias y que estas vuelvan a ser consideradas un derecho subjetivo, como se ha recogido en una enmienda presentada por CCOO y aprobada en el Pleno del Consejo Escolar del Estado el pasado 8 de enero, que también hemos defendido en la Reunión del Observatorio de Becas y Ayudas; una financiación suficiente y equitativa y blindada de los vaivenes políticos, que permita a España situarse de una vez, y de forma estable, entre los países que más y mejor invierten en educación. En este sentido, reclamamos una inversión que compense las desigualdades territoriales, y además vinculada a proyectos social y políticamente debatidos, con objetivos y prioridades que respondan a las necesidades educativas compartidas por toda la sociedad.
No menos importante es dar un giro al actual currículo para alejarlo del carácter acumulativo y segmentario, para hacerlo más abierto y flexible, y dignificar y fortalecer una Formación Profesional de calidad que sea un referente educativo y técnico profesional tanto para los y las jóvenes como para el mercado laboral. En este momento, gran parte de la bajada del abandono escolar temprano tiene que ver con el incremento de alumnado de la FP.