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Las carreras de ciencias buscan mujeres

  • Las universidades españolas necesitan atraer a las jóvenes
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Las mujeres son mayoría en los estudios universitarios, tanto de grado como de máster. El techo de cristal está presente las instituciones de educación superior. Incluso en la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, donde solo una mujer ha ostentado el cargo de presidenta de la institución. Fue la rectora de la Universidad de Málaga, Adelaida de la Calle, en octubre de 2011. Todo lo anterior y todo lo posterior han sido hombres.

Las universitarias de grado representan un 54 por ciento de la totalidad, las profesoras representan un 40 por ciento, y las catedráticas, un 21 por ciento, según datos del informe La Universidad española en cifras, correspondientes al curso 2016-2017.

En relación con las profesoras asociadas, el informe destaca que su participación ha aumentado considerablemente (33,1 por ciento a 41,6 por ciento), siendo el segundo colectivo del total de los recursos humanos universitarios con mayor índice de crecimiento (39,1 por ciento), frente al descenso registrado por los profesores asociados (-3,5 por ciento). Esta situación muestra en qué medida han sido las mujeres las que han cubierto las necesidades docentes con contratos laborales más precarios y con menor nivel de retribución salarial.

La presencia y evolución de las catedráticas ha registrado la mayor tasa de crecimiento del total de las categorías profesionales del conjunto de los recursos humanos universitarios (50,4 por ciento), se sitúan al final del periodo en porcentajes equivalentes a la mitad de su participación en el total del profesorado, pasando de representar el 15,3 por ciento en 2008 al 21,3 por ciento en el año 2016.

El mayor escalafón en la universidad, el rectorado, lo ostentan siete mujeres en las universidades públicas y 10 en privadas (tres de ellas no forman parte de CRUE). Es decir, de 81 instituciones universitarias, solo 17 están lideradas por una mujer, lo que corresponde solamente a un 20,9 por ciento.

El informe también destaca que la participación de ellas en los estudios de máster es mayor que en doctorado, donde son mayoría los hombres. Salvo Portugal y Finlandia que cuentan con tasas más equitativas, hay otros países que están mejorando su brecha de género. EEUU más de la mitad (53 por ciento) de los 79.000 títulos de doctorado entregados el año pasado fue de mujeres, un récord. Sin embargo, los hombres aún son mayoría en los doctorados con asignaturas STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Salud y bienestar

El estudio también refleja que las estudiantes universitarias concentran sus preferencias en estudios de Salud y Bienestar y en Educación y son poco partidarias de la Ingeniería y la Arquitectura y, sobre todo, en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Resulta significativo que la selección de las opciones de especialización de los estudios por los diferentes sexos presente una gran homogeneidad entre países. En este panorama, Suecia aparece como la excepción, destacando la proporción de mujeres que cursan estudios técnicos y tecnológicos, lo que puede explicar singularmente la mayor participación global femenina de ese país entre los estudiantes universitarios de grado del mundo. A pesar de que Suecia siempre aparece en la lista superior en términos de igualdad de género, que es un indicador importante del desarrollo humano, no siempre fue así. La educación superior sueca estuvo durante mucho tiempo limitada a los hombres. La historia de las mujeres en la educación superior se remonta a poco más de 140 años. Cuando se estableció la primera universidad de Suecia, la Universidad de Uppsala, en 1477, solo los hombres podían inscribirse. La educación en esos días estaba orientada principalmente a proporcionar clérigos a la Iglesia. Pasarían casi 400 años antes de que las mujeres pudieran postularse a la educación superior. Hoy casi dos tercios de todos los títulos universitarios en Suecia se otorgan a mujeres.

Atraer talento femenino

Por otro lado, el informe de la CRUE también desvela la evolución en el periodo 2008 a 2016 de la participación de la mujer en la matrícula según ramas de enseñanza, aun siendo mayoritaria en todas las especialidades con la excepción de las ingenierías, ha ganado presencia solo en la rama de Humanidades (62,5 por ciento a 62,3 por ciento,en los años 2008 y 2016, respectivamente), siendo especialmente destacable el descenso registrado en las enseñanzas de Ingeniería por valor de 36,5 por ciento, con lo que se ha producido una reducción de su presencia relativa en el total de estas enseñanzas de 2,7 puntos (28,3 por ciento a 25,6 por ciento).

Las universidades españolas necesitan atraer a las jóvenes a las escuelas politécnicas de Ingeniería, en donde aún son minoría ellas, y así, ayudarles a integrarse en un mundo profesional que, hoy por hoy, sigue siendo masculino. Actualmente el porcentaje de mujeres en las universidades y escuelas politécnicas raramente supera el 25 por ciento, cifra muy baja si tenemos en cuenta que, según previsiones de la UE, el sector tecnológico va a necesitar un gran número de titulados en STEM: la Industria 4.0. supone un cambio de modelo económico que generará en los próximos años una previsión de nuevos puestos de trabajo de alta cualificación profesional que se cuantifica en millones.

En la matrícula de doctorado, la mujer reduce su presencia en tres de las cinco ramas de enseñanza –Humanidades (55,7 por ciento a 54,1 por ciento), Ciencias (54,4 por ciento a 47,8 por ciento) e Ingeniería (35,9 por ciento a 29,6)–, permaneciendo prácticamente estable en las otras dos ramas –Sociales (51,2 por ciento a 51,4 por ciento) y Ciencias de la Salud (62,7 por ciento a 63 por ciento)– produciéndose un aumento de menor intensidad al registrado en los años 2008 a 2016 por el total de estudiantes de la rama de doctorado en centros propios de las universidades públicas (6 por ciento y 9,2 por ciento, respectivamente).

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