
Isidre Gavín asegura que Lleida-Alguaire ya es el "aeropuerto industrial" de Cataluña
La consejera delegada de la escuela de aviación lituana BAA Training, Egle Vaitkeviciute, ha explicado este lunes que la compañía prevé formar al año a unos 400 pilotos en el aeropuerto Lleida-Alguaire, donde ha comenzado este octubre a hacer formaciones con once avionetas.
Vaitkeviciute ha hecho estas declaraciones en rueda de prensa acompañada del secretario de Infraestructuras y Movilidad de la Conselleria de Territorio y Sostenibilidad, Isidre Gavín, en el aeropuerto leridano.
La consejera delegada ha afirmado que la compañía ha elegido Lleida por la climatología y la capacidad de Aeroports de Catalunya de adaptarse a su negocio, adecuar las oficinas de las instalaciones y acompañar a los estudiantes.
Por su parte, Gavín ha explicado que con la instalación de esta escuela se ha conseguido el reto de convertir a Lleida-Alguaire en el "aeropuerto industrial de Catalunya" y ha señalado que la empresa ha permitido a la infraestructura superar las mil operaciones este octubre, una cifra que supera con creces las 189 del mismo mes de 2017.
El secretario de Infraestructuras y Movilidad ha hecho hincapié en el impacto económico que supone la llegada de BAA al aeropuerto leridano: "Ha creado tres puestos de trabajo directos de personas contratadas aquí, además de las 20 personas que ellos ya llevan y que vivirán aquí durante todo el año".
ALUMNOS DE VARIAS NACIONALIDADES
Actualmente hay 35 alumnos de Canadá, Francia, Siria, Inglaterra y Lituania que se han instalado en Lleida por un periodo de dos meses para hacer las prácticas de vuelo y convertirse en pilotos comerciales.
Dentro de dos meses los alumnos que están ahora en Lleida volverán a Lituania a terminar la formación y llegarán entre 40 y 50 más a formarse en el aeropuerto.
Uno de los instructores de vuelo, el leridano David Amorós, ha explicado que la compañía ha elegido Lleida por el clima, ya que el frío y la nieve impiden la formación a partir de estas fechas en Lituania.
Para acoger a la escuela, el aeropuerto ha tenido que ampliar el tiempo de control aéreo y pasar de dos a siete días a la semana y hacer una pequeña reforma para alquilar a la empresa lituana una zona de oficinas.