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¿Cómo puedo saber si acosan a mi hijo en el colegio o en el instituto?

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El psicólogo Jorge López Pérez Vallejo, experto en Terapia Breve Estratégica, nos explica ciertos comportamientos que pueden esconder una situación de acoso escolar.

El acoso durante la infancia deja marca en una personalidad que se está formando e influye en el desarrollo de las emociones, conductas y pensamientos del futuro adolescente y adulto. Por desgracia, en el peor de los casos puede provocarse una situación irremediable si se toma la decisión extrema de terminar con el problema con el suicidio, como ha sido el caso de un niño de 9 años que se ha quitado la vida en Colorado, Estados Unidos, tras contar a sus compañeros de colegio que era homosexual.

Hay niños que no contarán esta situación de acoso por diferentes causas, como vergüenza, miedo, o desconfianza. Ante eso, Jorge López Pérez Vallejo, psicólogo, psicopedagogo y especialista en educación infantil recomienda a los padres estar atentos a cambios de actitud o conducta. "En muchos casos, se observan cambios en la actitud o incluso personalidad del niño, volviéndose niños extremadamente introvertidos con muy baja autoestima", explica el psicólogo. "Es importante observar cualquier detalle que pueda hacernos sospechar, como modificaciones de conducta, repentino aislamiento social, problemas con la alimentación… Aunque, por desgracia, a veces no sea suficiente, debemos estar alerta", advierte.

"Normalmente, los niños que sufren de acoso escolar intentan evitar ir al colegio alegando estar enfermos, pudiendo ser mentira, o pudiendo ser incluso consecuencia de haber desarrollado enfermedades psicosomáticas", explica López Pérez Vallejo. "Un acoso continuo puede desgastar emocionalmente al niño, lo que paraliza el desarrollo de los recursos del niño ante este tipo de situaciones, así como su manera de sociabilizarse".

Desde López Vallejo Psicología nos informan de ciertos aspectos de la conducta de un niño que sufre acoso, de manera general:

- En las fases iniciales del problema, se preguntan todo el tiempo la razón por la que son objeto de burla, luchando por ser aceptados tal y como son, lo que les provoca un estado de rendición, de parálisis emocional y conductual. Todo esto se desarrolla en un estado continuo de ansiedad e inferioridad, normalmente provocado por el miedo, que les lleva a aislarse y evitar el contacto social.

- Cuando hablamos de adolescentes, tanto si han sufrido bullying desde pequeños como si no, muchos de las características son parecidas a las mencionadas. Pueden desembocar en un estado de bloqueo emocional y social, optando por el aislamiento; o, en el menor de los casos, rebelarse contra sus iguales, desarrollando una personalidad con deseo de venganza. En este caso, la ira acumulada durante años puede ocasionar conductas violentas hacia sí mismo y/o hacia los demás, como pueden ser las autolesiones, consumir drogas o alcohol, buscar bandas o grupos radicales donde se sientan arropados… Y, en los casos más extremos a los que nunca debería llegar: el suicidio.

"En estos casos, en consulta trabajamos sobre el apoyo en un modelo estable, cercano, y con el mayor tacto y cariño posible. Buscamos un tratamiento en el que pueda participar la familia de una manera u otra, para protegerle de la ansiedad, la frustración, el dolor y la rabia; trabajando sobre el concepto de indefensión aprendida que provoca el bullying en personas tan indefensas como son los niños", explica el psicólogo.

Es responsabilidad de todos detectar y frenar casos de acoso y violencia escolar, informando al centro escolar ante la mínima sospecha. El tratamiento psicológico es imprescindible para recuperar la valía personal dañada, ayudando al niño o adolescente a respetarse, a quererse y a valorarse, dejando atrás el pasado para vivir un presente sin miedo.

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