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La era digital; transformación imparable del empleo

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Es indudable que el incesante avance de la sociedad hacia un modelo digital (en todas sus áreas) ha dado la vuelta a las relaciones económicas mundiales tal y como las conocíamos.

Las nuevas tecnologías, el comercio electrónico, el Big Data o los grandes casos de éxito de negocios basados en economía colaborativa han supuesto la revolución de la que ha nacido la economía del futuro. La diferencia es que, mientras que en el pasado este tipo de transformaciones globales suponían décadas (como mínimo) hoy ésta se está produciendo a un ritmo sin precedentes. En este nuevo tablero de juego, la siguiente pregunta se ha formulado muchas veces: ¿la digitalización crea o destruye empleos?

El sector industrial ha sido uno de los que más ha sentido el impacto de la automatización del empleo y el 'outsourcing'. Profesiones muy demandadas en la segunda mitad del siglo XX han ido desapareciendo o reconfigurándose, mientras que no dejan de aparecer otras nuevas, ligadas las nuevas tecnologías.

Es el caso de los perfiles STEM, o empleos relacionados con con ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas, cuya demanda, según los expertos, se dispara. De acuerdo con el informe anual sobre flexibilidad laboral y empleo de Randstad en 2017, estas áreas generarán 1.250.000 puestos de trabajo, directa e indirectamente, durante los próximos cinco años gracias a la digitalización.

El problema surge cuando las empresas encuentran problemas a la hora de cubrir esas vacantes, eso es lo que da lugar a la percepción de que el empleo se destruye y no se regenera. Para acompañar a esta vertiginosa transformación del ecosistema laboral mundial, adaptar la educación se convierte en un requisito indispensable. Es conveniente que comencemos a mirar hacia un modelo educativo flexible, en el que la formación en nuevas competencias y habilidades digitales y la exigencia de un aprendizaje continuo a lo largo de la vida se extienda lo máximo posible.

En este sentido, cabe destacar el giro del foco de los contenidos a las competencias: el aprendizaje ya no es una cuestión sólo de acceso al conocimiento ni asimilación de contenidos teóricos, sino que se trata de ser capaces de adquirir habilidades aplicables en el mundo digital. Así, en el nuevo escenario laboral, el éxito profesional no siempre exigirá un título universitario: entrarán en juego factores como la voluntad de un desarrollo de competencias constante. A esto debe sumarse una formación integrada en las empresas, con mayor inversión en información.

Elaborado por Denisse Halm, directora general de Udemy para España e Hispanoamérica

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