
Según un estudio de la Universidad del Noreste de Illinois en Chicago y la Universidad de California en Berkeley, el reloj interno de los estudiantes universitarios se encuentra desincronizado, lo que perjudica a su rendimiento académico. En esto influye mucho los horarios de sus clases siendo, los que tienen clase por la mañana, los peor parados si su reloj biológico les induce a acostarse y levantarse más tarde.
Los investigadores han medido los hábitos de sueño de los estudiantes mediante un análisis que incluyó al sistema web de la universidad y las horas en las que se conectaban los universitarios. Los datos, según publicó Scientif Reports, revelaban que solo el 40% de los alumnos tiene su reloj interno sincronizado, es decir, se levantan de forma natural a la misma hora cada día, tengan clase o no.
El coautor del estudio, Benjamin Smarr, indicó que: "la mayoría de los estudiantes sufría descompensación horaria según el horario de clase, lo que se correlacionaba fuertemente con la disminución del rendimiento académico". Otros aspectos con los que se relacionó fueron la obesidad y el consumo excesivo de alcohol y tabaco.
Por su parte, el 50% del alumnado tiene el reloj interno atrasado, esto se traduce en que cuando no tienen clase, tienden a estar despiertos hasta altas horas de la madrugada y se levantan más tarde. El 10% suelen madrugar más los días de fiesta, por lo que deben retrasar su horario para asistir a las clases.
Las consecuencias que puede tener no estar acorde con este reloj interno llevan a que el cuerpo no funcione adecuadamente, lo que puede producir síntomas parecidos a los del jetlag. El cuerpo humano se rige por ciclos 24 horas, los llamados ritmos circadianos, que están marcados por el funcionamiento de genes que se activan y desactivan marcando a las células y a los tejidos cómo deben comportarse.
Cambio de hora
En este sentido surge otro debate que viene de la mano de los principales partidos políticos (PP, PSOE, Ciudadanos): no cambiar la hora. Esta medida supondría seguir el horario de Portugal y Reino Unido, lo que ayudaría a que nuestros horarios fueran más acordes con la hora solar. Según confirman algunos estudios, necesitamos en torno a dos horas de oscuridad para conciliar el sueño y deberíamos despertarnos al amanecer para no ir a trabajar a oscuras y rendir mejor.