
Alicia Pérez Porro, Ana Payo, Uxúa López y Alexandra Dubini, integrantes del #Accionateam, son las primeras representantes españolas en Homeward Bound, programa de liderazgo y empoderamiento para mujeres del ámbito científico y tecnológico con el cambio climático como telón de fondo.
Tras un año de trabajo y para culminar este programa, el #Accionateam partirá el próximo 14 de febrero a La Antártida, donde permanecerán tres semanas observando, investigando y compartiendo sus avances con otras 80 mujeres de diferentes partes del mundo que participan en Homeward Bound. "Para nosotras es una gran oportunidad poder realizar esta expedición para observar y contrastar los efectos del cambio climático en un lugar emblemático como la Antártida y visitando las bases internacionales allí existentes", apunta Alicia Pérez Porro, portavoz del #Accionateam. "Pero es que, además, culminaremos el programa de formación trabajando mano a mano con otras mujeres que lideran proyectos de investigación, aprendiendo juntas y compartiendo experiencias".
Las cuatro integrantes del #Accionateam fueron seleccionadas entre más de 300 candidatas de todo el mundo para participar en Homeward Bound. El programa combina formación en liderazgo, estrategia y visibilidad con líneas de investigación por grupos de trabajo a lo largo de un año. El equipo español concretamente trabaja en el cambio climático y su impacto sobre la mujer.
Uxúa López, ingeniera de telecomunicaciones con más de una década de experiencia con energías renovables en ACCIONA. Expedicionaria del AccionaTeam en la iniciativa Howard Bound
¿En qué consiste este proyecto?
El programa Homeward Bound es una iniciativa destinada a dar visibilidad a las mujeres científicas en el ámbito de la lucha contra el cambio climático. Este programa combina formación en liderazgo con líneas de investigación por grupos de trabajo que se desarrollan a lo largo de un año y que culmina con un viaje a la Antártida.
Su objetivo es crear una red de 1.000 científicas destacadas en la lucha contra el cambio climático de aquí a diez años, dando así visibilidad a las mujeres en la ciencia.
¿Qué te ha animado a participar?
Siempre me he preguntado qué tipo de mundo le íbamos a dejar a las siguientes generaciones, y obviamente, parte de esa preocupación se debe al cambio climático. Mi trayectoria profesional -trabajo desde hace doce años en Acciona que sólo produce energías 100% renovables- también me ha llevado a tener un contacto constante con la lucha contra el calentamiento global.
Conocí el programa Homeward Bound oyendo un programa de radio y me pareció una idea espectacular y que podía tener un impacto en mi vida y en mi trabajo muy importante.
¿Cómo será el programa de formación con otras mujeres que lideran proyectos de investigación?
El trabajo conjunto comenzó cuando nos seleccionaron para formar parte del proyecto. Desde el mes de marzo pasado todas las participantes nos hemos reunido mensualmente mediante videoconferencia con el equipo que dirige el programa.
Durante los primeros meses recibimos formación en liderazgo, estrategia y visibilidad. Durante el segundo semestre del programa se organizaron grupos de estudio enfocados en diferentes temas: salubridad y suministro de agua, energías renovables, contaminación y diferentes aspectos del cambio climático (mitigación, género, comunicación, impacto).
Estos temas serán discutidos y ampliados durante nuestro viaje a la Antártida con el objetivo de que todas las participantes tengamos un conocimiento general sobre el cambio climático. Además de ganar conocimiento sobre el cambio climático y aprender técnicas de comunicación científica, a la Antártida vamos a ver el cambio climático en tiempo real y nos vamos a reunir con científicos de diferentes bases antárticas para aprender de sus investigaciones. Todo esto se suma a la fuerte carga simbólica que tiene una expedición formada únicamente por mujeres en un medio tradicionalmente masculino.
¿Cómo valoras la inversión en investigación por parte del Gobierno?
Sin entrar a valorar políticas concretas, creo que la inversión en investigación es esencial para asegurar la competitividad de un país a medio y largo plazo.
¿Por qué no hay más mujeres STEM? Se buscan ingenieras, físicas y tecnólogas
La brecha de género en las llamadas disciplinas STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) aún es muy grande. Según una encuesta europea del 2015, el 63% de los españoles opina que las mujeres no sirven para ser científicas de alto nivel. Solo el 3% de los premios Nobel de ciencias han sido otorgados a mujeres desde la creación de los galardones en 1901. En España, solo el 18% de los premios de ciencia son otorgados a mujeres. Si hablamos de posiciones estratégicas en laboratorios, universidades y centros de investigación, solo el 80% están ocupados por hombres.
Los motivos son muy variados. En general existe un techo de cristal para las mujeres que –con excepciones contadas- es transversal a todos los sectores y especialidades, sin embargo, en el caso concreto de las profesiones STEM, esto se ve agravado por la falta de referentes…, mujeres científicas, ingenieras, matemáticas que sirvan como modelos a imitar para las más pequeñas.
Por eso iniciativas como Howeward Bound y el apoyo de grandes empresas como Acciona son esenciales para visibilizar el papel de las mujeres en la ciencia.
¿Cómo se puede romper el techo de cristal?
Es una lucha conjunta y que exige una toma de conciencia... si se tomara conciencia de que, como han probado diversos estudios, los equipos con equidad de género son más productivos… si las administraciones se implicaran en acabar con la brecha de género… si los medios de comunicación visibilizaran de manera constante referentes femeninos… si las empresas se comprometieran con la igualdad de oportunidades laborales con independencia del género, entonces tendríamos las herramientas para acabar con el techo de cristal.
Además es necesario que los hombres se involucren mucho más en las tareas domésticas y en los cuidados. Para que las mujeres podamos ir a la Antártida es necesario que los hombres cuiden a los niños, los lleven al médico, jueguen a carta con los abuelos y hagan la compra.
¿Qué tendríamos que hacer a nivel individual para luchar contra el cambio climático de aquí a diez años?
Para combatir la lucha contra el cambio climático son necesarias grandes transformaciones en el modo de producir y consumir de esta sociedad. El primer error es pensar que la responsabilidad del cambio climático está en mano de otros porque cada acción que realizamos tiene una justicia social y un impacto ambiental del que muchas veces no somos conscientes.
Y estas transformaciones se tienen que dar a todos los niveles: en primer lugar, nuestra obligación como ciudadanos es estar atentos para que las administraciones políticas y entidades internacionales cumplan sus compromisos con la lucha contra el calentamiento global. Además, debemos promover modelos de negocio que favorezcan la descarbonización de la economía, como el de Acciona que es una de las pocos multinacionales 100% neutra en carbono; como consumidores tenemos la opción de primar el consumo de bienes y servicios respetuosos con el planeta. Y a nivel personal tenemos que ser conscientes del impacto ambiental que tiene nuestro día a día: qué transporte usamos, qué energía consumimos, de dónde proceden los productos que consumimos…