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¿Qué significa ser rector de una universidad española?

  • Esta figura debe lograr el perfecto funcionamiento de la institución.

El rector o rectora es la persona con máxima autoridad académica dentro de una universidad y, además, ostenta la representación de esta. Es una figura clave para entender los avances en las universidades y su evolución.

Entre sus funciones principales, Juan Morote, Rector de la Universidad Europea de Madrid y de Valencia, dice que: "al margen de ser un generador de iniciativas de transformación, debe ser un catalizador de las ideas de los demás". De esta forma, trataría de facilitar que las iniciativas que parten de la universidad encuentren apoyo. Joan Elías, rector de la Universidad de Barcelona, entiende que las funciones fundamentales son: "Representar la Universidad, expedir los títulos académicos, nombrar a los cargos institucionales (…) así como la gestión política de la institución, siempre bajo el control y la supervisión de órganos como el Consejo Social, el Consejo de Gobierno y el Claustro".

La Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, reconoce autonomía universitaria a los rectores. Sin embargo, el rector de la Universidad de Barcelona, afirma que esto no es así, ya que no tienen la competencia de poder desarrollar políticas de profesorado.

Julio Rubio García, rector de la Universidad de La Rioja, tiene claro cuál es su función principal: "liderar y coordinar todas las actividades de la comunidad universitaria, tanto hacia el interior de la institución como hacia el exterior".

El rector, representación de la universidad

En cuanto a las obligaciones de esta figura, Carlos Andradas, rector de la Universidad Complutense de Madrid, considera que la principal es: "El cumplimiento de la legalidad de acuerdo con la Constitución Española". Asimismo, debe escuchar y atender las demandas planteadas por los miembros de la comunidad universitaria. En palabras de Antonio Calvo Bernardino, rector de la Universidad CEU San Pablo, dentro de sus competencias se encuentra "la contratación, destitución y nombramiento tanto del personal administrativo y de servicios como del profesorado y otros organismos de la Universidad". De forma más clara y concisa lo afirma Javier Ramos López, rector de la Universidad Rey Juan Carlos, "Entre sus obligaciones está cumplir fielmente sus funciones de dirección, supervisión y representación".

A la hora de reflexionar sobre qué le llevó a presentarse a este puesto, Cristiana Oliveira, rectora de la Universidad Europea de Canarias, confiesa que, al ser la primera universidad privada que se implanta en Canarias, "ofrece una alternativa distinta, con un modelo académico orientado al desarrollo de conocimiento, competencias y valores". En el caso de Joan Elías sostiene que fueron dos las razones que lo animaron a presentarse, en primer lugar su experiencia en cargos institucionales como vicerrector y decano; y en segundo lugar: "mi equipo y yo creímos que podríamos recuperar la ilusión de ser de la UB".

Como requisitos fundamentales para optar a este puesto, en primer lugar es el ser Catedrático de la Universidad, característica que cumplía Julio Rubio, quien se presentó a las elecciones de la Universidad de La Rioja: "por el desacuerdo con la política llevada a cabo y propuesta por el equipo rectoral que se presentaba a la reelección". Carlos Andradas se dejó llevar más por los sentimientos: "por el amor a la institución, la reflexión de cómo podría contribuir".

En cuanto a la propia elección de un puesto así, cada universidad posee un mecanismo propio establecido en su estatuto. En el caso de la Universidad de Barcelona, se proclama rector o rectora aquella persona que obtenga en primera vuelta más de la mitad de los votos a candidaturas. Los porcentajes de participación también varían, en esta universidad el profesorado doctor tiene el valor del 51%; el personal docente e investigador el 9%, los estudiantes el 30% y el personal de administración y servicios, el 10%.

La UB destina un 30% al alumnado

La Universidad Complutense de Madrid difiere en los porcentajes, otorgándole un 53% al profesorado doctor, el resto de docentes un 10%, el Personal de Administración y Servicios un 12% y los estudiantes obtienen un 25%. Por otra parte, la Universidad de La Rioja concede el 52% para el Personal Docente Investigador permanente doctor, un 14% para el resto de profesores, un 22% para el Estudiantado y un 12% para el Personal de Administración y Servicios.

El bajo porcentaje de participación ha sido objeto de crítica en múltiples ocasiones. Joan Elías confiesa no estar contento con los porcentajes de participación y además añade: "Hemos de concienciar acerca de la necesidad de participación activamente en el proceso de escoger al máximo representante de una universidad".

La decisión afecta a la comunidad educativa

Julio Rubio se une a este criterio de baja colaboración, pero afirma que donde más se nota es en el estudiantado. Sin embargo, añade: "en unas elecciones con dos candidatos y con claras diferencias de enfoque, los estudiantes se sienten más motivados a participar".

En las últimas elecciones en la Complutense, el porcentaje de participación del alumnado estuvo en un 18%, mientras que en el sector de profesorado se acercó al 90%.

Muchos organismos de estudiantes se han quejado de forma reiterada la poca proporción que reciben los estudiantes a la hora de elegir al rector. Joan Elias se suma a esta protesta e indica: "Somos muchos los que no compartimos estos porcentajes, pero para intentar modificarlos es imprescindible contar con un elevado consenso". Sin embargo, a Carlos Andradas el porcentaje del alumnado le parece correcto, pero añade que es necesario concienciar a los alumnos de la importancia que tiene su voto "ya que en algunos casos determinan quién es el rector inclinando la balanza en un sentido u otro".

Existe una gran desigualdad de género en los altos puestos universitarios, siendo mayoritariamente hombres los que ocupan el puesto de rector. Hay más mujeres que hombres en los estudios de grado, pero luego hay menos en los másteres y aún menos en los doctorados. Un ejemplo de esto lo expresa Joan Elias: "En las últimas elecciones concurrieron siete hombres y ninguna mujer, algo incomprensible". La lucha a favor de la igualdad de género supone una prioridad para este rector y su equipo. Julio Rubio sostiene que esta situación es una consecuencia directa de una tendencia global en la sociedad: "conforme se asciende en poder directivo, cada vez hay menos mujeres en esos puestos", por lo que insiste en luchar contra esa tendencia social en todos los ámbitos.

Desde la Universidad CEU San Pablo, Antonio Calvo Bernardino, sostiene que existen diferencias entre las funciones que tiene este puesto en una universidad pública y una privada: "En el caso de la privada, el desempeño es más diverso al no disponer en toda su extensión con el personal técnico en número suficiente que permita atender los procesos más comunes".

El salario aproximado que pueda tener un rector o rectora rondando los 55 años y que posea todos los quinquenios y sexenios posibles, estaría alrededor de los 80.000 euros brutos anuales.

La universidad española ha transcurrido por una historia de cambios drásticos. En la actualidad sigue mejorando pero todavía queda mucho por hacer. Algunos de los problemas que posee son la problemática de desarrollar políticas de profesorado, la financiación insuficiente que reciben debido a los recortes y está demasiado intervenida por las autoridades, entre otros. Sin embargo, todavía mucho camino por recorrer para mejorar la educación superior española.

A la hora de valorar el trascurso de la experiencia como rector, Joan Elías, la estima como positiva "Tras cumplir un año en el cargo, el equipo rectoral ha podido efectuar un diagnóstico de la situación y empezar a desarrollar sus líneas estratégicas". Julio Rubio la define como enriquecedora, así como sorprendente en algunos aspectos y extenuante en otros, "El de rector es un punto de observación inmejorable para conocer las fortalezas y debilidades del sistema universitario español". Por otra parte, a Juan Morote le bastan dos palabras para describir su experiencia "apasionante y enriquecedora a partes iguales". Asegura, además, que gran parte de este mérito lo tiene el equipo docente con el que ha trabajado. Javier Ramos López recurre al honor y afirma que cada día aprende y disfruta de la comunidad educativa.

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