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¿Qué hacer cuando no da la nota en la EBAU?

  • Una elección, del tipo que sea, siempre supone una renuncia a todas las alternativas posibles menos a una
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La Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) puede ser una de las pruebas académicas que causan más angustia y nerviosismo a los jóvenes estudiantes. Y no solo por el hecho de enfrentarse a un examen, como tantos a los que se han enfrentado a lo largo de su vida académica, sino porque en él se juegan gran parte de la nota que decidirá la carrera que pueden estudiar, lo que supondrá el punto de partida de su futuro académico y profesional.

Tras ello, esperarán con ansiedad la famosa nota de corte de los estudios soñados, la nota necesaria para acceder a la carrera que desean cursar. Y es en este punto donde pueden cruzarse con una de sus primeras frustraciones académicas si no logran alcanzar la nota necesaria para acceder a esos estudios. Sin embargo, esto que suele vivirse con gran estrés y ansiedad, tiene un alcance y una repercusión real mucho más limitada. Ciertamente, cursar unos estudios u otros tiene una repercusión importante en la vida profesional de cualquier persona, pero los estudiantes descubrirán con el tiempo, que dedicarse a uno u otro oficio, tiene otros muchos determinantes distintos a la carrera que se eligió. Descubrirán, también, numerosos atractivos en profesiones que nunca imaginaron y puntos oscuros en su profesión soñada. En definitiva, y como suele decirse, el trabajo real suele alejarse bastante del ideal imaginado.

Por tanto, y ante la situación de no poder acceder a la primera opción, deben sopesarse bien todas las alternativas recopilando información sobre el desempeño real en el futuro laboral. Los enfados y decisiones exprés pueden llevar a tomar una decisión de la que posteriormente nos podamos arrepentir fácilmente.

Entonces, ¿qué opciones tengo?

1. Presentarse a subir nota. Si por diversas circunstancias no se obtiene la nota necesaria, podríamos presentarnos a una subida de nota en la convocatoria extraordinaria de la EBAU pocas semanas después de la convocatoria ordinaria. Debemos recordar que siempre se guarda la mejor nota obtenida. Igualmente, hay que recordar que podemos presentarnos tantas veces como queramos a la prueba, aunque esto suponer un coste excesivo de tiempo. Durante este tiempo de espera, entre un año y otro, deberíamos plantearnos una formación complementaria, para que ese tiempo no se convierta en un año sabático, y nos ayude a desarrollar las competencias necesarias para enfrentarnos a el mundo académico y laboral.

2. Elegir otra Universidad: Tener en cuenta la oferta académica de las Universidad de otras Comunidades Autónomas, ya que la nota de corte se basa en el número de plazas disponibles y, por tanto, varía según las universidades, facultades y carreras.

3. Valorar la oferta académica de las Universidades Privadas. El acceso a estas Universidades no se rige por nota de corte sino por otros criterios de acceso que nos puedes permitir estudiar la carrera elegida. En este sentido, debemos recordar el avance y posibilidades que abren las Universidad on-line y el enorme desarrollo que han experimentado los últimos años, tanto en calidad educativa como en modelos pedagógicos, muy adaptados a la demanda social y a la conciliación de la vida personal y académica.

4. Matricularse en otra carrera: algunas universidades y carreras permiten realizar cambios de expediente hacia la carrera deseada una vez finalizado el primer año de estudios. Es importante estudiar bien esta posibilidad y explorar si la Universidad dónde se está estudiando lo permite y si tiene un buen sistema de reconocimiento de créditos entre carreras.

5. Elegir otro tipo de estudios: si la nota de selectividad no ha sido suficiente, otra de las opciones más adecuadas es estudiar un Grado superior en FP. No obstante, es algo que debemos tener previsto porque los periodos de prescripción se realizan, normalmente, antes de los periodos de prescripción universitaria.

Una elección, del tipo que sea, siempre supone una renuncia a todas las alternativas posibles menos a una, debemos sopesar la realidad laboral de cada estudio, la demanda del mercado laboral y nuestros intereses, teniendo en cuenta que todos estos factores irán cambiando con el tiempo, por lo que nunca habrá una única decisión correcta.

Elaborado por Dr. Aitor Álvarez Bardón, Vicedecano de Desarrollo y Organización Académica de la Facultad de Educación de UNIR

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