Madrid
Las principales bigtech internacionales están apostando por España para desarrollar centros tecnológicos e incorporar en los próximos años a miles de profesionales. La guerra por fichar a perfiles altamente cualificados se ha desatado; la oferta es escasa y la demanda no para de crecer.
El mercado español está entusiasmado con las nuevas tecnologías como el metaverso, el Big Data o la Inteligencia Artificial, las cuales no se implementarán si no contamos con una base profesional bien formada y especializada. De hecho, apenas el 30% de los españoles cuenta con las habilidades necesarias para trabajar en un entorno digitalizado, según la Fundación Telefónica. Ante esta realidad, el Gobierno ha puesto en marcha el Plan Nacional de Competencias Digitales, enmarcado en la Agenda España Digital, con una inversión de 11.000 millones de euros para digitalizar las pymes, la Administración pública y reforzar las competencias de los españoles en este ámbito.
Las nuevas tecnologías avanzan a pasos agigantados y lo que hoy nos resulta novedoso mañana estará asentado. Para garantizar un crecimiento sostenible, razonable y seguro a través de la transformación digital es necesario contar con estándares y requisitos técnicos que ayuden al mercado a hablar un mismo lenguaje. Ciertas áreas como la ciberseguridad y la protección de los datos personales son muy sensibles y requieren una normalización robusta y estable que guíe a las empresas en sus procesos y operaciones de negocio.
En este escenario, la Asociación Española de Normalización, UNE, ha publicado un informe para mejorar la digitalización en las organizaciones e incrementar las competencias de los ciudadanos para interactuar con esta tecnología de forma segura. Es primordial, señala el informe, alcanzar la madurez de las profesiones TIC en todos los sectores, identificando las competencias clave de los nuevos perfiles digitales, y que las empresas dispongan de herramientas que permitan valorar los sistemas tecnológicos del mercado.
Con una tasa de paro juvenil alarmante, nuestro país tiene una oportunidad de oro para invertir en formación tecnológica e incorporar de forma exitosa a las generaciones más jóvenes. En la próxima década, los perfiles más demandados estarán especializados en la automatización de procesos, el análisis de datos, la Inteligencia Artificial, el e-commerce y el marketing digital, según el Foro Económico Mundial. Si no nos tomamos en serio la formación tecnológica, el impacto económico a largo plazo será desastroso.
Esta formación implica otro desafío, la digitalización de la educación. En los últimos años se ha desarrollado extraordinariamente la formación online, que ha contribuido a mejorar y ampliar la oferta educativa. No obstante, este incremento no disponía de un sistema público y normalizado que sirviera para identificar las características de los productos formativos virtuales y la seguridad y la calidad de los mismos.
La transformación digital ha pisado fuertemente el acelerador, por lo que es preciso garantizar una formación digital de calidad y asegurar la confianza en el mercado; solo así superaremos el déficit estructural existente en el sector. Queda todavía mucho trabajo, pero vamos por el buen camino.
Elaborado por Paloma García, directora de Normalización y Grupos de Interés de la Asociación Española de Normalización, UNE