
Con motivo del Día Internacional contra el Acoso Escolar, la ONG Educo, especializada en la protección de la infancia, insiste en prevenir la violencia hacia los niños y niñas más allá de la escuela ante la realidad que se está viviendo. Los datos sobre violencia en España son sobrecogedores.
Se calcula que al menos uno de cada cinco niños y niñas sufre bullying, aunque solo una décima parte se denuncia. Además, el abuso sexual se ha triplicado en los últimos 10 años y el suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte entre los jóvenes. "Para acabar con el acoso escolar u otros tipos de violencia hacia la infancia es necesario abordar esta problemática desde todos los ámbitos. Es básico empezar por la prevención, y no solo en la escuela, sino en todos los espacios en los que haya niños y niñas", explica Guiomar Todó, directora general adjunta de Educo.
En este sentido, Educo ha desarrollado PROTEGEmos, una innovadora metodología basada en los estándares internacionales de protección infantil. El objetivo es establecer mecanismos para prevenir, identificar y actuar contra la violencia hacia la infancia. Además, se generan entornos seguros para ellos y ellas donde reciben un buen trato. Esta metodología se implementa en varios proyectos y se aplica en entidades sociales, de ocio y tiempo libre, de ámbito deportivo y en centros educativos. El programa, que se desarrolla en unas 400 organizaciones, tiene en cuenta la formación y el apoyo al Coordinador de Bienestar y Protección, nueva figura clave recogida en la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI) y con la que deberán contar las entidades que trabajen con niños y niñas.
"La protección a la infancia, junto a la educación, es una de las principales líneas de actuación de Educo. Trabajamos incansablemente para disfrute de entornos de buen trato, en los que no tenga cabida ningún tipo de agresión hacia ellos y ellas", afirma Guiomar Todó. "Erradicar cualquier tipo de violencia hacia niños y niñas pasa por prevenirla y generar una cultura de buen trato entre el profesorado, el alumnado y las familias; por aprender a detectarla; por poner las herramientas necesarias y por saber qué hay que hacer ante un caso. Conseguirlo implica el compromiso de toda la sociedad y la escucha hacia la infancia, ya que son ellos y ellas quienes mejor nos pueden decir qué ven y cómo se sienten".