
La cuestión de qué hace a un buen docente se la llevan planteando profesionales, legisladores de la educación e investigadores durante décadas. Sin embargo, no existe un marco de referencia que nos diga cuáles son las cualidades más importantes que hace que los docentes sean efectivos. Pero ¿qué es la efectividad docente? Esta se mide habitualmente teniendo en cuenta la evaluación que los estudiantes hacen de los profesores, la observación del aula y el rendimiento académico de los estudiantes. Pese a esto, no existe todavía un consenso sobre la definición de la efectividad del docente.
Los profesores se diferencian notablemente por sus prácticas docentes. Por lo tanto, conocer y explicar estas diferencias ayuda a entender por qué algunos de ellos obtienen las máximas calificaciones en su evaluación docente, las valoraciones más positivas en cómo desarrollan sus clases y un rendimiento académico positivo de los alumnos. Se trata, por tanto, de identificar prácticas docentes efectivas según la percepción de los estudiantes y de los investigadores.
Hay números estudios que analizan las características del profesor como predictores de su calidad docente. Entre estas se tienen en cuenta características genéricas (como las habilidades cognitivas y el perfil de personalidad) y profesionales (como el conocimiento y el desempeño profesional, las creencias y la motivación por enseñar). Por lo tanto, en el contexto educativo, los diferentes perfiles de personalidad de los profesores se han relacionado con su efectividad docente.
La personalidad afecta a las actitudes y al comportamiento de cada individuo y a los de aquellos con los que nos relacionamos. Por lo tanto, en el aula universitaria, como en cualquier ámbito de la vida u otro espacio educativo, la personalidad del docente influye en la construcción de un clima emocional que propicie el aprendizaje. La forma en la que los docentes se comunican en el aula refleja rasgos de su personalidad. Las palabras que eligen al hablar, el tono de la voz, la entonación, la expresión facial, la búsqueda o no del contacto visual con sus estudiantes, los gestos que hacen con las manos, los recursos que eligen para enseñar, o el diseño de las presentaciones visuales que crean para apoyar el aprendizaje, entre otros muchos recursos comunicativos, influyen en las relaciones que crean día a día en el aula con sus alumnos. Estas características son percibidas por los alumnos y supone o bien un acercamiento o, por el contrario, un distanciamiento de ese proceso de enseñanza-aprendizaje.
Esta línea de investigación es de suma importancia en el ámbito de la docencia universitaria, no con el objetivo de señalar o penalizar aquellos perfiles de personalidad de los docentes menos efectivos, sino que, como punto de partida, es necesario identificar aquellas prácticas de perfiles más efectivos, maximizando, además, los puntos fuertes de cada perfil, para establecer las líneas de optimización y mejora en la efectividad docente.
Elaborado por Mercedes Querol Julián, profesora de Lingüística aplicada, y Sonia Gutiérrez Gómez-Calcerrada, profesora de Psicología de la Educación y Psicobiología en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Grupo de investigación PRODIGI