
Jugar es divertido, ¿verdad? ¿Pero trabajar? Trabajar no tanto. La RAE define jugar como "hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse o desarrollar determinadas capacidades". Como adultos, muchos de nosotros, jugamos y entendemos el juego como una actividad de ocio. Primero están las responsabilidades y obligaciones, y luego, si nos queda tiempo, buscamos la diversión. Pero os invito a hacer un ejercicio de regresión a nuestros orígenes. Desde pequeños, la diversión y el juego están presentes de forma constante en nuestro aprendizaje. De hecho, de niños, aprendemos jugando y es el periodo de nuestra vida en el que más aprendemos. Aprendemos mucho y encima de manera divertida.
Decía Bernard Shaw que "no se deja de jugar porque se es viejo, sino que se es viejo porque se deja de jugar". Entonces, ¿por qué no jugamos también en nuestro trabajo? Esta semana en la que se celebra el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo, es importante reivindicar el papel del juego como elemento transformador de las personas y organizaciones a la hora de desarrollar e impulsar las habilidades necesarias para afrontar los desafíos del panorama actual.
Nuestro entorno laboral está cambiando. Y no solo cambia, sino que lo hace a cámara rápida. El contexto geopolítico, la pandemia, la crisis energética y medioambiental, y especialmente la innovación tecnológica nos obligan a cambiar, a adaptarnos cada vez más rápido. En este contexto, aprender y aprender rápidamente, no es opcional.
Recuerdo cuando, en alguna ocasión, a la hora de proponer un juego en una empresa alguien comenta "¿Jugar? No, esto es muy importante para tratarlo como un juego, seamos serios…". Pues dejadme que me ponga serio. Jugar en el trabajo es un valioso mecanismo para aprender. Ayuda a crear un entorno seguro donde podemos fallar, construir confianza, mejorar la comunicación y fomentar la creatividad e innovación, abrirnos a la sorpresa y el descubrimiento. También, nos permite promover una cultura compartida y ágil, impulsando la participación y la conexión entre las personas.
Y por si eso no fuera poco, cuando jugamos, solo jugamos. Tenemos la atención puesta en lo que ocurre en el juego, en nada más. En este mundo hiperconectado, donde recibimos muchos más estímulos e información diariamente de los que podemos procesar, la capacidad de poner atención es una habilidad clave, cada vez más necesaria en nuestro trabajo. Jugar nos ayuda a poner foco.
Cuando hablamos de juego en el trabajo podemos referirnos desde juegos profesionales completos, con sus reglas, roles, tablero de juego, niveles de superación (como los simuladores que utiliza la Nasa), hasta introducir elementos o actividades de juego dentro de las actividades típicas de una empresa: priorizar tareas, planificar trabajos, definir estrategias o desarrollar equipos (como por ejemplo, el conjunto de prácticas ludificadas que propone Management 3.0 para el liderazgo de equipos y organizaciones).
También existen técnicas y métodos de trabajo basados en el juego, como por ejemplo LEGO® Serious Play®. Se trata de un método diseñado por, ¡sorpresa!, LEGO® para incrementar el rendimiento y la innovación en las empresas. Mediante la construcción de modelos utilizando piezas de LEGO®, pretende facilitar la toma de decisiones y la cohesión de los equipos, buscando un aprendizaje reflexivo que sitúa a las personas en el centro del proceso. Este método, con sus más de 20 años de vida, ha demostrado su utilidad para contribuir a la innovación e inclusión en entornos complejos e inciertos en empresas de todos los tamaños y sectores y de todo el planeta.
LEGO® SERIOUS PLAY, es solo uno de los múltiples recursos que existen en el mercado que incorporan la diversión y el juego en nuestro día a día. Las empresas y los departamentos de recursos humanos son cada vez más conscientes de la necesidad de construir este tipo de entornos. Por un lado, para adelantarse a las necesidades del futuro, proyectando la innovación y las dinámicas ágiles que les permitirán liderar el mercado. Por otro, preocupándose por el salario emocional y la salud de los empleados, una cuestión clave a la hora de atraer y retener talento dentro de las organizaciones. No es para menos, ya que el 30% de las bajas laborales en España se deben al estrés, según datos del INE. Los ambientes donde triunfa el respeto - agradables, positivos y divertidos - pueden mejorar considerablemente estos preocupantes datos.
En conclusión, es importante darle al "play", ¡saquemos al niño que todos llevamos dentro! Convirtamos nuestro trabajo en algo divertido y estimulante. Pasamos demasiadas horas de nuestra vida trabajando como para no buscar pasarlo bien, más cuando no solo nos permite divertirnos, sino que jugando conseguimos mejores resultados en el trabajo. Pongámonos serios… ¿jugamos?
Elaborado por Alfred Maeso, Lead Expert in Change Management, Business Analysis and PPM en Netmind