
Injusto y desigual. Así califican los estudiantes las nuevas oposiciones docentes. Enfrentarse a la decisión de estudiar un examen de este calibre no es sencillo. Mucho menos con una pandemia y con un cambio de ley educativa en el proceso (la LOMLOE se aprobó el pasado 23 de diciembre de 2020). Con el modelo de oposiciones tradicional, los interinos ganaban en torno al 80% de las plazas, pero, según los sindicatos, se calcula que con el nuevo método este grupo alcance hasta el 95% o más, debido a la relevancia que tendrán los años trabajados. Esto dejará en la estacada a todos los nuevos estudiantes que se enfrenten a estas pruebas sin apenas experiencia.
Esta novedad se aplicará a las oposiciones que se convoquen y resuelvan durante los años 2022, 2023 y 2024 y afectará, de entrada, a 125.000 plazas fijas en todos los niveles de la administración educativa (Infantil, Primaria, Secundaria, FP y Bachillerato).
Para gran parte de la comunidad educativa este cambio es inaceptable y gran parte de las comunidades autónomas han conseguido un retraso en la convocatoria de las nuevas oposiciones, permitiéndoles continuar un año más con el examen tradicional. De hecho, los exámenes de este año y del año que viene que ya han sido convocados no cambiarán su estructura. Esto ha supuesto un alivio para los opositores que tienen poca experiencia, pero que han visto como la presión aumenta ante la próxima fecha del examen.
Este modelo responde a la adaptación del ámbito educativo propuesto por la ley aprobada para reducir la temporalidad en todo el sector público hasta el 8% (Ley 20/21 de 28 de diciembre). De hecho, en las escuelas públicas, la tasa de interinidad está ahora entre el 24% y el 28% de media, con grandes diferencias entre regiones. Es así como este real decreto establece, por un lado, un nuevo concurso de méritos a través del cual los profesores interinos con más experiencia puedan acceder a una plaza sin necesidad de hacer ningún examen. Se valorará la experiencia previa, la formación académica y otros méritos.
De cara a las próximas convocatorias, las pruebas pasarán de tres a dos. De tal forma que se eliminará la parte práctica y se mantiene el examen teórico y la exposición de la unidad didáctica, ninguna de ellas será eliminatoria, es decir, los candidatos no quedarán fuera del proceso si suspenden uno si lo compensa, con la media, con el otro. Además, la experiencia previa en el concurso de méritos contará más: dará hasta siete puntos y ahora es un máximo de cinco; y la formación académica, mucho menos, de cinco a dos.
Aumento de opositores
La inestabilidad del mercado laboral y los acontecimientos que se han ido produciendo en nuestra sociedad han provocado que el número de opositores aumente. Oposita Test, la plataforma online que lidera la preparación de test para opositores, ha lanzado la III Radiografía del opositor y opositora españoles 2021, con el objetivo de conocer cómo es el perfil actual, que cada día es más amplio, cuáles son sus hábitos de estudio y sus actitudes vitales. De los resultados obtenidos se puede extraer que la pandemia ha influido mucho o bastante en la decisión de la mitad (51%) de los opositores que ha comenzado a preparar la oposición en los dos últimos años. El 40% lleva menos de un año preparándola y son nuevos opositores, es decir, la preparan por primera vez, de ahí a que los cambios afecten de forma tan negativa a estos estudiantes.
La afirmación de mujer y opositora es ya habitual y es que, según este estudio, 8 de cada 10 opositores son mujeres. 6 de cada diez compagina la oposición con un empleo y la mayoría estudia para plazas de ámbito local o regional. Otro de los datos más llamativos es que el 28% de las mujeres opositan a plazas tipo A, las de mayor cualificación, mientras que los hombres un 22%. En cuanto al nivel de formación, las mujeres destacan por tener mayor formación que los hombres, en este caso, el 70% tiene estudios universitarios o superiores mientras que los hombres son un 59%.