Este 8 de marzo de 2022 los que nos dedicamos a la Educación tenemos algunas cosas que celebrar y otras, aún por luchar.
Voy a empezar por aquellos cambios que son fantásticas noticias para toda la comunidad educativa como: la educación de los menores de nuestro país ya no esté a cargo únicamente de la mujer. Verán que la incorporación de los hombres en este ámbito es positiva por innumerables razones, pero en un día como hoy me quiero centrar en que la sociedad ha evolucionado, pues ya no ubica esta labor como exclusiva de la mujer. Ya saben que tradicionalmente era tarea femenina y no había más discusión; ahora, todas celebramos que en cada convocatoria a las oposiciones docentes haya cada vez más hombres dispuestos a compartir sus conocimientos con los más pequeños y a participar en su educación, así que podemos decir que estamos derribando estereotipos de género.
Dicho esto, es cierto, como demuestran numerosos informes, que la mujer sigue representando el 66% de la plantilla educativa y que esto aumenta en niveles inferiores a la Educación Secundaria Obligatoria. Por lo que no podemos dejar de instar a nuestras compañeras a participar en la educación en estos niveles, o en bachillerato y por supuesto, en Formación Profesional, ámbito, este último en el que hay una clara división por sexo. La docencia en sanidad y educación está copada por la mujer, mientras que en otras ramas como mecánica o madera, casi el 100% de los profesores son hombres. Son estos estereotipos educativos los que están cambiando y los que tenemos que terminar de derribar.
También es motivo de celebración los cambios operados en los libros de texto, en los que se han empezado a añadir figuras femeninas clave para diversas áreas, pero, en la práctica, básicamente depende de la voluntad de los docentes, ya que, como afirma Ana López Navajas, investigadora de la Universidad de Valencia, las mujeres no llegan a representar el 8% de los contenidos en Lengua y Literatura. Así que imaginémonos en las demás materias. No incluir a las mujeres en las enseñanzas obligatorias lleva a que nuestros menores tengan una visión sesgada de la realidad, en la que la mujer si tiene algún papel, es uno secundario. Además, esto contribuiría a la erradicación de la violencia de género sobre la mujer el día de mañana, ya que es una fuerza que se ejerce como sensación de posición de superioridad del varón a la mujer. Por lo que educando desde pequeños en la importancia de todos en la sociedad, crearíamos un futuro igualitarios, eliminando esa falsa sensación de superioridad.
Esto último me lleva al esfuerzo que realizan cada día las familias: la UNESCO, en su Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, resalta la importancia que los progenitores y el entorno del menor, juegan en su concepción de la igualdad. Los docentes sabemos que las familias están haciendo todo lo que está en su mano por educar a sus hijos en valores tan importantes como la igualdad. Y como ya he dicho en alguna ocasión, los hijos son el espejo de sus padres; si nos comportamos de manera igualitaria e inculcamos valores sobre la igualdad a nuestros menores, serán ciudadanos y ciudadanas de un mundo mejor en un futuro próximo. Por ello, insisto en la necesidad de una relación estrecha entre centros y familias, para remar todos en la misma dirección.
Por último, me gustaría celebrar este día recomendando algunos de los cuentos que, particularmente, más me han gustado: "Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?" de Raquel Díaz Guerrera, que se puede leer a los más peques, a partir de 4 años;
"Cuentos clásicos para chicas modernas" de Lucía Etxebarría y Allegra, una divertidísima revisión de los cuentos tradicionales, que podemos leer a partir de los 9 años; o "El Futuro es femenino: cuentos para que juntas cambiemos el mundo", una estupenda recopilación de cuentos feministas para mayores de 12 años.
Termino instando a todos y todas a celebrar los pasos alcanzados, que como hemos visto han sido muchos, pero animando a continuar en la senda feminista, por la igualdad en la Educación española.
Elaborado por Pilu Hernández Dopico, maestra formadora de formadores y CEO de El Pupitre de Pilu