
Ni en los patios ni, aparentemente, en las clases. Parece que el Covid-19 ha pasado ya a la historia, pero no es así. La incidencia acumulada baja y las medidas aprobadas en las últimas semanas acompañan esta mejoría, que no deja de ser un paso más para recuperar la antigua normalidad. El uso de las mascarillas en el exterior ya ha pasado a la historia, al menos, por ahora. El fin de este objeto en los patios de los colegios era una medida que ya venían demandando varias comunidades y que por fin han podido cumplir. El dilema ha llegado esta semana con la propuesta de los pediatras sobre una "retirada progresiva" de las mascarillas en el interior de las aulas a partir de finales de febrero, basándose en que la trascendencia clínica del Covid-19 en menores ha sido mínima y no se ha observado ningún patrón de transmisión entre los grupos escolares que llevan mascarillas. La Comunidad de Madrid ha respaldado este planteamiento y ha anunciado que lo trasladará a la próxima Comisión de Salud Pública: "La mascarilla dentro de las aulas plantea un componente de dificultad en el aprendizaje", defendió el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) elaboró un documento que ha sido remitido esta misma semana a las instituciones sanitarias y educativas en el que proponen un calendario para la retirada de las mascarillas en las aulas, de forma escalonada y por grupos de menor a mayor edad, con un refuerzo de los protocolos de ventilación y en línea con las propuestas de sociedades pediátricas autonómicas. A pesar de que se convirtió en el principal escudo con el que luchar en esta guerra vírica, son muchos los expertos que observan ciertos retrasos en la evolución del aprendizaje en los estudiantes debido al uso de esta prenda. Según uno de los pocos estudios sobre el efecto de la mascarilla en la enseñanza, realizado en la Universidad de Alicante y titulado como La influencia de la mascarilla Covid-19 en la inteligibilidad de palabra en el aula, hace más difícil entender a un orador en el aula. De hecho, la mayoría de los alumnos que participaron consideraron que su uso resulta molesto y agobiante. Es por ello por lo que los pediatras han decidido que este sea el momento oportuno para dar un paso más en la lucha contra la pandemia. De seguir las indicaciones de este grupo de profesionales, el calendario propuesto comenzaría el lunes, 28 de febrero, para primero y segundo de Primaria. El siguiente lunes, 14 de marzo, se quitarían la mascarilla en las aulas los alumnos de tercero y cuarto de Primaria. Los de quinto y sexto de Primaria, el lunes, 28 de marzo. Los estudiantes de la ESO irían a clase sin mascarilla el 25 de abril y los de Bachillerato a partir del 9 de mayo.
Los pediatras señalan algunas características que hacen del entorno escolar un modelo de monitorización idóneo para la desescalada progresiva de mascarillas en interiores, como que en los dos últimos años se ha confirmado la menor infecciosidad de los niños y su menor riesgo de enfermar.
Reacciones contrarias
A pesar de que los datos indican que el momento epidemiológico es favorable, algunos expertos definen la propuesta como "temeraria e irresponsable", sobre todo al hablar de la ventilación en las aulas. Javier Pérez Soriano, profesor de Secundaria, químico y técnico de Prevención de Riesgos Laborales, ha estudiado precisamente el tema de la ventilación en las aulas y la prevención de este virus e indica que todavía queda un largo camino para mejorar el protocolo de ventilación: "Un aula que ventila mal, ventila mal, no va a mejorar solo porque se diga".
Lo que puede acelerar esta propuesta es el cumplimiento de la vacunación infantil en España que, lejos de sorprender, avanza a un ritmo desigual. Este país no ha cumplido el objetivo que marcó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la Conferencia de Presidentes del 22 de diciembre: que el 70% de los niños y niñas menores de 12 años tuvieran puesta la primera dosis en la semana del 7 de febrero. Según los últimos datos de Sanidad, solo un 56% de la población de esa edad ha recibido al menos una dosis.