Oriol Amat se convirtió en rector de la Universidad Pompeu Fabra el pasado mes de mayo tras obtener el 65% de los votos favorables (logrando el 81% de los votos entre el profesorado permanente). El catedrático de Economía Financiera y Contabilidad se enfrenta a uno de los años más complicados para la universidad española por la pandemia Covid-19 que todavía no ha desaparecido.
¿Cómo se ha planteado la UPF la vuelta a las aulas este año?
La UPF iniciará este curso con plena presencialidad de la docencia. La evolución positiva de la pandemia y los niveles de vacunación, así como las indicaciones de las autoridades sanitarias, fijan un marco que nos permite ofrecer desde este septiembre, y salvo casos excepcionales, una docencia presencial para todos los estudiantes de grado. Por otro lado, hemos programado el curso con la flexibilidad necesaria para poder reaccionar ante cualquier cambio derivado de la evolución de la pandemia, pudiéndonos adaptar y cumplir en todo momento con las normas que fijen las autoridades sanitarias.
¿Qué diferencias principales hay en comparación con el año pasado?
El pasado curso, la UPF realizó un seguimiento constante de la evolución del brote de coronavirus, adaptándose de manera decidida, flexible y exigente a las distintas indicaciones de las autoridades sanitarias. Esta inversión en esfuerzos y la experiencia acumulada han comportado que la institución esté plenamente preparada (tanto a nivel tecnológico, como de espacios y profesorado) para poder introducir, en cada momento, las adaptaciones necesarias en el modelo docente.
Al volver de forma presencial, ¿Qué papel tendrá la educación online en este nuevo curso?
A pesar de que la principal oferta educativa de la UPF tiene que seguir siendo presencial, hay que tener una marca virtual que permita extender la docencia en el ámbito internacional. La docencia en línea y la docencia híbrida, más allá de situaciones de emergencia como la que ha provocado la COVID-19, también tienen lugar en nuestra Universidad, pero deben haber sido diseñadas específicamente para ser en línea. El nuevo modelo docente que estamos implantando (EDvolución) es el entorno idóneo para definir, planificar y preparar esta nueva modalidad docente.
¿Cuáles son las novedades con las que la UPF ha abierto las puertas este curso académico?
Este curso impartimos un nuevo grado en Medicina, en colaboración con el Hospital del Mar, que ya se ha situado entre las cinco titulaciones catalanas con una nota de corte más elevada, lo que indica el elevado nivel de sus estudiantes.
Se trata de un programa plenamente adaptado a las necesidades de la medicina actual y que comporta la extinción progresiva de la titulación conjunta que ofrecíamos con la UAB desde 2008. El nuevo plan de estudios incluye un cambio en los métodos y en el enfoque de las enseñanzas con el objetivo de formar profesionales clínicos con una orientación clara hacia la medicina basada en la investigación biomédica, para explicar los mecanismos y los procesos de las enfermedades y las terapias. Asimismo, se imparte en un entorno biosanitario único, formado por el Campus Universitario Mar, el Hospital del Mar y el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona.
"El nuevo plan de estudios incluye un cambio en los métodos y en el enfoque de las enseñanzas"
¿Qué formaciones son las más populares entre los alumnos?
A nivel general, la UPF mantiene una demanda elevada en prácticamente todos los grados que ofrece. De hecho, desde hace varios años nuestra ratio de oferta/demanda se sitúa alrededor de las dos solicitudes por plaza ofrecida.
Las formaciones más populares varían en función del curso. Este año, por ejemplo, las más demandadas han sido el nuevo grado en Medicina y el grado en International Business Economics, que impartimos exclusivamente en inglés. Estos grados, además, se sitúan entre las titulaciones con notas de corte más elevadas. Pero el nivel es muy alto en la mayoría de las titulaciones: en 21 de los 29 grados que ofrecemos (un 72,5%) la nota de corte es superior a 9 (sobre 14) lo que refuerza la idea de que los estudiantes cada vez consiguen mejores notas para acceder a la UPF.
¿Cómo consigue atraer la atención de los jóvenes universitarios para que cursen sus estudios en la UPF?
La UPF es una universidad que quiere, mediante su docencia, investigación y transferencia de conocimiento, impactar y contribuir a la mejora del bienestar de las personas y del planeta. Este mensaje, juntamente con nuestros valores sociales, medioambientales y de compromiso con la cultura, es muy potente y atractivo, además de ampliamente compartido por las nuevas generaciones.
Por supuesto, acompañamos este mensaje de indicadores de resultado de nuestra actividad. A modo de ejemplo, y por citar datos de un informe externo publicado por AQU Catalunya en 2020, el 84% de nuestros estudiantes trabaja a los seis meses de haberse graduado y el 90% volvería a estudiar en la UPF.
"Los estudiantes cada vez consiguen mejores notas para acceder a la UPF"
¿De qué forma ha gestionado la internacionalización para este curso escolar?
El curso pasado, en plena pandemia, logramos mantener el 40% de los intercambios previstos, entre otras, gracias a fórmulas de docencia adaptada. En ese contexto, además de salvar el núcleo duro de las movilidades, aprovechamos para impulsar la "internacionalización en casa", una línea estratégica prevista en nuestro nuevo modelo de internacionalización.
La actuación principal de esta nueva línea ha sido la creación del Barcelona Program for Interdisciplinary Studies (BaPIS), dirigido a estudiantes UPF e internacionales que quieran completar su currículum adquiriendo nuevos conocimientos transversales. Las asignaturas, promovidas desde distintas facultades, están planteadas desde un enfoque de aprendizaje activo y multifocal, y versan sobre temas tan actuales como la ética en un contexto de globalización o la innovación en el derecho.
Si contara con la financiación adecuada, ¿Qué sería lo primero que haría en la universidad?
Lo primero sería afrontar las muchas precariedades (falta de rejuvenecimiento de las plantillas, retribuciones bajas, falta de consolidación de plazas, más ayudas económicas a estudiantes…) que existen en el sistema universitario y que afectan a todos los colectivos que integran la comunidad universitaria: estudiantes, profesorado y personal de administración y servicios.
Y también habría que fomentar nuestra transferencia de conocimiento a la sociedad. La UPF es una universidad excelente en docencia e investigación, pero cuando hablamos de transferir este conocimiento, debemos relacionarnos más y mejor con nuestro entorno social, ya sean empresas, organismos públicos o cooperativas.
Curiosamente, para ello no basta con una financiación adecuada: las universidades necesitamos también una regulación menos restrictiva y más basada en la autonomía y en la posterior rendición de cuentas. Yo defiendo un modelo de financiación público basado en los resultados, en la eficiencia, y no en el número de alumnos matriculados, como sucede ahora.
La combinación de esta estrategia (más financiación pública y privada, acompañada de más autonomía universitaria) nos permitiría, entre otras acciones, crear nuevos incentivos a la transferencia de conocimiento; además de incrementar los relativos a la docencia, la investigación y la gestión que, hoy en día, son los únicos reconocidos.