Ecoaula

Viva la diversidad

  • Si queremos un cambio real tenemos que buscarlo empezando fuera del entorno corporativo
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Nos han vendido que ya hay mujeres en los departamentos de tecnología de las empresas, vemos las fotos, los anuncios, las portadas de LinkedIn y toda serie de marketing enfocado a mostrar cómo de diverso se ha vuelto el sector.

Las que llevamos ya tiempo abogando por una diversidad real y menos pink washing vemos como en los detalles se destapa todo.

En los carteles de los eventos se empieza a ver alguna mujer, en singular. Esa que se ven obligados a invitar y que sabe que está ahí para llenar un cupo y que la empresa no quede mal.

En las juntas directivas, en los puestos de liderazgo, en cargos cómo CTO, seguimos siendo una anomalía.

No niego que las cosas estén cambiando y vayamos a mejor, pero el ritmo es sorprendentemente lento para el siglo en el que estamos.

Si queremos un cambio real tenemos que buscarlo empezando fuera del entorno corporativo. En la cultura popular, la que los medios de comunicación modelan, siguen tronando los nombres de Mark Zuckerberg, Elon Musk y Jeff Bezos, pero a Ginni Rometty, Ursula Burns y Susan Wojcicki no se las conoce.

Me podéis replicar lo anterior, pero ellos no son mejores por sus extravagancias y no es que no haya mujeres a ese nivel, es que aún hoy se nos ponen trabas en el camino.

Soy profesora de desarrollo web en 4Geeks Academy y cada día veo como el número de alumnas se incrementa.

Algunas me cuentan cómo nunca antes se habían plantado programar porque no conocían a otra mujer que lo hiciera, otras me dicen que vienen de ingenierías rodeadas de hombres y se sentían como pez fuera del agua y, la mayoría, me hablan de cómo las habían desalentado.

Los bootcamps, en especial 4Geeks Academy, somos la opción que dice que sí a esas personas que la sociedad les dice que no. Aquí se descubre la programación como algo divertido, creativo y técnico. Rompemos esa barrera que hace sentir la programación como algo lejano y complicado y la acercamos a la gente de a pie.

Hacemos el trabajo de inclusión que las universidades no hacen.

El problema vuelve al acabar el curso y justo cuando las empresas entran en juego.

Empezando por las largas entrevistas llenas de pasos en las que todos son hombres interrogándote y acabando por el equipo de desarrollo en el que por fin hay una mujer y se la trata como un espécimen en peligro de extinción.

En todas las fases te sientes rara y te preguntas si eres un cupo o estás ahí por lo que sabes, lo que después de darle muchas vueltas te lleva a preguntarte si realmente sabes algo y finalmente a perder la fe en ti.

No quiero acabar sin señalar uno de los problemas más notorios.

Aún hay escépticos que cuestionan nuestras habilidades en base simplemente a nuestro género y por ellos se nos mira con lupa y sentimos la obligación de ser perfectas todo el rato. El desgaste mental de esto es espantoso.

Sincerémonos y seamos realistas. Se contratan a trabajadores de todo tipo, tanto excelentes como mediocres. Permitamos a las mujeres ser mediocres por un día.

Elaborado por Jimena Escobar, Mentora Líder de 4Geeks Academy España

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