
Los centros educativos están experimentando numeroso cambios acelerados por la pandemia, la transformación digital y el entorno VUCA, en el que estamos viviendo, entre otros elementos.
En el caso concreto de las enseñanzas preuniversitarias hay prioridades y urgencias relacionadas con la estabilidad normativa, la brecha entre la realidad de los profesores y la de los alumnos, la formación del profesorado, la falta de adecuación curricular a las demandas sociales y empresariales, la impartición de clases híbridas (con alumnos presenciales y virtuales), el desconocimiento de los medios tecnológicos (incluyendo IA, AR, ML,…) adecuados para impartir clase, el escaso tiempo disponible para planificar el futuro, etc.
Y no he incluido en la relación anterior los temas comunes a los que se enfrentan hoy todas las organizaciones: garantizar la diversidad, la inclusión, la conciliación familiar, la innovación de procesos y modelo organizativos, la excelencia en la atención a los clientes, el manejo de datos para obtener información y conocimiento, garantizar la ciberseguridad, la sostenibilidad de las cuentas económicas o el cuidado del medio ambiente, por citar algunas.
Ante este bombardeo de prioridades y urgencias conviene mirar con perspectiva y hacia el futuro (innovar) para situar cada asunto donde le corresponde y dedicarle el tiempo y esfuerzo necesarios por parte de la dirección y del profesorado. Gestionar una organización es equilibrar urgencias y prioridades adecuadamente, mientras se va planificando el mañana, es decir, el buen funcionamiento y la transformación.
El Modelo EFQM se basa en tres pilares básicos, lógicos y sencillos que permiten organizar, priorizar y gestionar todos los asuntos mencionados y algunos más:
1. Dirección: dónde queremos llevar la organización (propósito, visión y estrategia), con quiénes y cómo (cultura de la organización y liderazgo).
2. Ejecución: en primer lugar, repartamos y gestionemos, en cada organización, el tiempo, esfuerzo y recursos que vamos a dedicar a alumnos, profesores, padres, autoridades, accionistas, colaboradores o socios y que papel vamos a asignar a cada uno (implicar a los grupos de interés); en segundo lugar, diseñar cuál va a ser la oferta diferencial del centro en un esfuerzo compartido con los grupos de interés teniendo en cuenta el propósito de la organización, sus medios disponibles, sus valores; comunicar dicha oferta; tener definidos procesos y procedimientos; e ir midiendo el transcurso y los resultados (crear valor sostenible); y en tercer lugar, gestionar el día a día con sus incidencias puntuales, riesgos, a la vez que se van incorporando cambios y oportunidades, se facilita la innovación, la incorporación de tecnología, el aprovechamiento de datos, información y conocimiento y la gestión responsable de activos y recursos (gestionar el funcionamiento y la transformación).
3. Resultados: medir lo más importante de lo que la organización consigue como consecuencia de lo realizado en Dirección y Ejecución, incluyendo lo que nos dicen directamente los grupos de interés clave (percepción de los grupos de interés) y los datos de funcionamiento del centro en cuanto a ejecución de su estrategia y su preparación para afrontar el futuro (rendimiento estratégico y operativo).
Concluyo: sí, efectivamente, el Modelo EFQM está ayudando a los mejores centros educativos (públicos y privados) a gestionar mejor, superar los desafíos e innovar en la forma de hacer.
Elaborado por Ignacio Babé, Director General del Club Excelencia en Gestión