Keith Grint, profesor de la Universidad de Warwick (Reino Unido), nos recuerda en su libro "Leadership: a very short introduction" que el liderazgo ha sido un asunto de interés desde los inicios de la historia. Aunque el liderazgo, tal como lo conocemos hoy, no pasó realmente a un primer plano hasta principios del siglo XX, a medida que la Psicología consolidó sus fundamentos, especialmente en los Estados Unidos.
El concepto de liderazgo ha estado en constante transformación, en consonancia con los cambios sociales, económicos y políticos que se han ido produciendo en el mundo laboral. Las organizaciones han evolucionado desde un modelo vertical -marcado por una autoridad descendente, trayectorias profesionales lineales y escasa movilidad- al modelo multidimensional de las empresas actuales más avanzadas, con trayectorias profesionales no lineales, una mayor movilidad y un mayor papel para la cooperación y la influencia.
Sin embargo, los avances tecnológicos sin precedentes de la última década han puesto en cuestión y desafían la forma en que los líderes motivan y estimulan hoy a sus equipos a actuar individual y colectivamente. Esto se ha visto incrementado con la pandemia de coronavirus de manera exponencial y en un breve periodo de tiempo.
Hay que sumar los cambios de gran alcance que se están produciendo en los puestos de trabajo y el empleo (automatización, inteligencia artificial, etc.), que motivan la necesidad de renovar habilidades y competencias -incluido el liderazgo- y que resultan clave para asegurar la competitividad de una organización y su supervivencia a largo plazo.
A la vez, la mayoría de las organizaciones asumen que un modelo de liderazgo requiere competencias específicas, que deben desarrollarse en el entorno "habilitador" de una organización de aprendizaje.
Habilidades clave
Gracias a nuestra participación en el desarrollo de las habilidades en organizaciones de más de 50 países de todo el mundo, en Cegos hemos podido observar de primera mano la importancia que tiene hoy en día la cuestión del liderazgo, y cómo se ha convertido en la preocupación central en todos los niveles de una empresa.
Así, hemos identificado las habilidades clave que el mercado va a exigir a los líderes del mañana: capacidad para desarrollar una estrategia en un contexto de incertidumbre; equilibrio entre ideas, emociones y acciones; neuroliderazgo; equilibrio entre el hombre y la máquina; humildad para desarrollar los talentos de los demás y capacidad de innovación serán características imprescindibles.
Para incentivar ese liderazgo que necesitamos es preciso que las empresas ofrezcan a sus empleados autonomía y que fomenten la responsabilidad necesaria para que puedan tomar el control de su propio desarrollo profesional y, posteriormente, hacer una contribución real al avance de sus organizaciones. La inversión en términos de recursos humanos y de formación es crucial tanto para los trabajadores como para el líder, quien sólo podrá tener éxito sacando lo mejor de cada persona de su equipo.
Y no olvidemos, para terminar, que hoy en día hemos alcanzado la etapa de liderazgo universal. Ya no es el algo exclusivo de los managers, sino que puede ser asumido por cualquiera que sea responsable de un proyecto o equipo. Las organizaciones esperan que sus colaboradores sean capaces de tomar decisiones importantes en línea con la estrategia y la cultura corporativa de la empresa.
Elaborado por Jesús Araújo, CEO de Cegos para España y Latam