Ecoaula

La obsolescencia del gurú

  • La formación no puede limitarse a un periodo concreto de nuestra vida
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En gran medida, las redes sociales se han transformado en ruido. Un lugar donde no es posible discernir lo cierto y lo que no. Pero es lo que tienen las redes, que todo el mundo tiene una voz y por lo tanto múltiples versiones de la realidad. Otra fuente inagotable de contaminación es la "marca personal", un marco de pensamiento donde cualquier persona puede promocionar sus actitudes, méritos y pretensiones con el objetivo de destacar sobre el resto.

No cuestiono el derecho a destacar, de hecho, entiendo la necesidad en un mercado laboral basado en la información y el conocimiento, donde la competencia marca el ritmo. A mi entender el problema reside en el incremento de perfiles con la intención de guiar, liderar, mentorizar a terceros sobre asuntos tan diversos como el marketing, las inversiones en criptomonedas, o como vivir una vida plena.

¿Qué hay detrás de tanto gurú? Si vemos la foto desde lejos, la primera respuesta es que existe una gran demanda de información, conocimiento y experiencia. Lo que nos enseñan en la Educación Superior no se corresponde con la realidad laboral, salvo en su base de conocimiento, ya que la educación reglada es muy limitada con respecto a las exigencias formativas profesionales de la actualidad.

Una persona de 40 años ha tenido que procesar casi el doble de información y conocimiento tras cursar una licenciatura que sus padres. La formación no puede limitarse a un periodo concreto de nuestra vida, porque tiene que evolucionar con nosotros si queremos seguir siendo laboralmente competitivos. Millones de personas se han visto abrumadas por los cambios acelerados de los últimos dos años.

Todo un ecosistema digital, que no trata solo de tecnología, si no de saber desenvolverse en el mismo. Nuevos campos de conocimiento a distancia, nuevas formas organizativas, hábitos y actitudes. Todo esto ya existía hace 10 años, pero lo hemos implementado a la fuerza en menos de dos. Este shock, este vacío, ha lanzado a mucha gente a buscar información, conocimientos, pero sobre todo opinión.

Lo desconocido es una amenaza hasta que nos formulamos una opinión sobre ello. Es la incertidumbre la que mueve a la gente a buscar nuevos referentes en los distintos campos de conocimiento. Lo curioso al caso, es que esta nueva clase de líderes, de gurús, son los que se auto definen como "referentes" en el asunto que toque, y cuando alguien se topa con ellos, el primer impulso es escuchar.

Afortunadamente las personas evolucionamos, aprendemos y cuando adquirimos el conocimiento básico que estos "referentes" nos ofrecen, dejan de ser interesantes. Ellos no evolucionan, porque saben que su mercado es siempre el del inocente principiante, de ese modo pueden seguir atolondrando a base de novedades técnicas y obviedades a quien lo necesite.

Hoy en día confundimos el diálogo con la opinión y esta con el aprendizaje, porque vivimos una crisis en la base misma de nuestro sistema de aprendizaje. Impulsamos nuestra imagen a lo que hacemos para construir una marca, en lugar de enfocarnos en realizar un gran trabajo que marque la diferencia. Vivimos una época de incertidumbre donde buscamos certezas y estas parecen estar guiadas más por la propaganda que por los hechos.

Elaborado por José Antonio Alguacil León, experto en Publicidad y CEO en Ilusion Labs

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