
El mundo post Covid-19 es un reto que la humanidad tendrá que afrontar de forma global y para ello la educación tendrá un papel primordial. El proceso de transformación digital en el que estamos inmersos supone un desafío para las empresas, las universidades y la sociedad en general que supone un punto de inflexión en la historia.
Las empresas hemos tenido que adaptar nuestros procesos, nuestra manera de relacionados con los clientes e incluso las competencias de los empleados. Las universidades, por su parte, han demostrado una gran capacidad de adaptación con nuevos modelos de docencia y evaluación a distancia y ahora se enfrentan al reto de adaptar sus programas formativos a las nuevas necesidades del mercado laboral, en un entorno de cambio constante e incertidumbre.
Es momento de poner en valor la importancia de la formación continua y de apostar por el reciclaje profesional o Reskilling, y la capacitación adicional en nuevas competencias o Upskilling con el objetivo de impulsar la empleabilidad de los jóvenes y de todos aquellos que se encuentren estancados en su trayectoria profesional.
Se estima que en 2020 se registraron 750.000 puestos de trabajo digitales sin cubrir y que el 43% de las personas en España a partir de 16 años carece de competencias digitales. A esto se suma el preocupante nivel de desempleo entre los menores de 25 años.
En la próxima década, los empleos con capacidades digitales se incrementarán en un 40%. Según el Foro Económico Mundial, dentro de cinco años, 85 millones de empleos quedarán obsoletos pero se generarán 97 millones de perfiles nuevos adaptados a una convivencia profesional con máquinas y algoritmos. Un aviso que nos obliga a adaptarnos y reinventarnos. Las universidades y las empresas tenemos que liderar este cambio y acompañar a los jóvenes en su transformación y adaptación para ayudarles a progresar.
La digitalización creará más de 1MM de empleos en España hasta 2022 y debemos crear una estrategia entre todos para complementar los estudios con formación en competencias transversales y digitales que permitan adquirir conocimientos adicionales o, en el caso de los profesionales en activo, reciclarse para reorientar sus pasos en el mercado laboral.
Desde las empresas, tenemos la obligación de colaborar con las universidades para trasmitirles con claridad las necesidades y el talento que buscamos; profesionales con capacidad de aprender y desaprender, con flexibilidad y con la capacidad de adaptación que nos demanda la sociedad actual.
Pero tan importante es formar ese talento como buscar y encontrar el equilibrio entre lo humano y lo tecnológico. Es más necesario que nunca combinar las fortalezas humanas -como la capacidad de liderazgo, de trabajo en equipo, la creatividad, la ética-, con las ventajas que ofrece la tecnología: la velocidad, la escalabilidad, la capacidad para predecir o de interpretar datos; un proceso colaborativo que debe enriquecer, multiplicar, incluir y aportar valor como factor clave para el progreso de las personas, sin dejar a nadie atrás.
En Banco Santander estamos apostando por programas de Upskilling y Reskilling para impulsar la empleabilidad, tanto para universitarios como para profesionales, centrados en desarrollar y entrenar habilidades técnicas, con foco importante en las nuevas formas de trabajar (más flexibles) y metodologías ágiles e invitamos a todos aquellos que lo deseen a informarse a través de este enlace.
Elaborado por Susana García, Directora de SmartBank, Santander Universidades y Universia España