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El sistema educativo actual está obsoleto y no responde a las necesidades del mercado

  • Muchas empresas llevan años demandando nuevos perfiles profesionales para competir en un mercado cada vez más dinámico y exigente
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Por primera vez en la historia, el Gobierno Federal de Estados Unidos dejará de exigir el título universitario para muchos puestos de trabajo si los candidatos son capaces de demostrar las competencias necesarias para su desempeño.

En la misma línea, y desde hace años, Google, Microsoft y Amazon señalan algo que puede ser una verdadera revolución en el sector educativo. Estas compañías han anunciado que, a cambio de poco dinero y en poco tiempo, son capaces de formar a personas para desempeñar trabajos con niveles salariales hasta ahora reservados únicamente a licenciados universitarios. En la misma línea, muchas empresas de diversos sectores han dejado de ver el título universitario como necesario para muchos puestos: Ernst & Young, Penguin Random House, Costco, Whole Foods, Hilton, Apple, Starbucks, Nordstrom, Home Depot y un largo etcétera.

Más aún, según Linkedin, muchas posiciones laborales ya se pueden cubrir sin educación formal: responsable de ventas, gerente de proyectos, especialista en servicio al cliente, analista de datos o diseñador gráfico, y otras puramente tecnológicas.

El sistema educativo no responde a las necesidades del mercado

Muchas empresas llevan años demandando nuevos perfiles profesionales para competir en un mercado cada vez más dinámico y exigente; una necesidad compartida a nivel internacional y que en España se percibe con claridad. Desde hace décadas, el sistema educativo español está instalado en una línea "tradicional". Las consecuencias son evidentes: nuestros jóvenes carecen de los requerimientos profesionales imprescindibles para adaptarse a la velocidad de la nueva economía. Ante la incapacidad del sistema, las empresas —aquellas que pueden permitírselo— toman la iniciativa, y son ellas las que, espoleadas por el mercado, forman a sus trabajadores para aquello que realmente necesitan.

En 2019, el WEF – World Economic Forum – señalaba que uno de los principales retos de la cuarta revolución industrial en la que nos encontramos inmersos, no es sólo que muchos empleos puedan desaparecer por los robots, sino que no estamos preparando a las generaciones actuales, ni a las futuras, para enfrentarse a los desafíos que ya estamos viviendo.

En el caso de España, el IESE (2019) señala que "el sistema educativo español no proporciona la respuesta adecuada a los cambios expuestos y a las necesidades reales de las empresas". El 72% de las compañías entrevistadas encuentra problemas para cubrir los puestos de trabajo que ofrecen. En concreto, en lo que tiene que ver con los conocimientos en nuevas tecnologías, las empresas consideran que un 68% de los titulados superiores y un 48 % de los titulados en FP tienen conocimientos insuficientes.

Las empresas sienten que no tienen respuesta del sistema educativo. Lo mismo perciben los recién egresados, tanto en FP como universitarios; la mayoría contesta que el título obtenido no los capacita adecuadamente para su trabajo en el mundo real. Y no sólo eso, un 33% de los alumnos que empieza una carrera la abandona. Esa cifra llega a ser de un 62% en las carreras no presenciales.

Si echamos una ojeada a los planes de estudio veremos que, en muchas ocasiones, estos no se adaptan a la dirección y velocidad requeridas por el mercado. Tal y como señala David Jiménez en un articulo publicado recientemente en el New York Times: al visitar algunas facultades de periodismo de nuestro país "encontré planes de estudio que llevaban más de una década sin renovarse a pesar de la revolución tecnológica vivida en estos años". Dos circunstancias lo explican: un sistema de acreditaciones lento y burocrático y un enfoque más dirigido a la protección de los claustros que a la de satisfacer las necesidades de alumnos y empresas.

Por tanto, a modo de conclusión, parece sensato que las empresas busquen en otros sitios aquello que no encuentran en la mayoría de los centros educativos tradicionales, ya sean de formación superior o de FP. Los títulos oficiales empiezan a perder ese poder de signaling. Un título tradicional ya no es necesariamente la mejor opción, ni demuestra que alguien que lo posea tenga lo necesario para trabajar.

Elaborado por José Luis Guillén, CEO de Koen The School

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