
El paro juvenil, superior al 40% en España, se ha enquistado en nuestra economía, convirtiéndose en la segunda pandemia contra la que urge encontrar antídotos. Y esa inmunidad debe buscarse fundamentalmente en las aulas, adecuando la cualificación y capacitación de los jóvenes a las nuevas necesidades de las empresas.
En este sentido, el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE), que marca la hoja de ruta a seguir para minimizar los estragos de la pandemia, contempla un impulso a las oportunidades de empleo, la orientación profesional y, en especial, la formación profesional.
En concreto, en la parte de la política que no se financia mediante el mecanismo de recuperación y resiliencia, destaca la formación profesional para el empleo, que recibirá más de 2.770 millones de euros.
Pues bien, el CES ha aprobado el Informe sobre Jóvenes y mercado de trabajo en España, en el que se señala la importancia de elevar el número de personas graduadas en FP, para lo cual es necesario tanto impulsar la elección educativa por estas enseñanzas como que una mayor proporción de alumnado las finalice, fortaleciendo el aprendizaje de los estudios profesionales en aras de hacerlo más eficiente, de calidad y adaptado al entorno productivo.
Asimismo, ante la concentración que se observa en determinadas familias profesionales, el CES indica la conveniencia de indagar y actuar en las etapas educativas previas sobre las causas que inciden en la menor elección de determinados estudios de contenido científico y tecnológico, y sobre los factores que contribuyen a reproducir la segregación y segmentación por sexo en la elección de los campos formativos.
Por otra parte, el CES destaca la necesidad de potenciar la formación profesional dual, entre otras medidas avanzando en un marco de referencia estandarizado para implantar los proyectos de FP dual de calidad en empresas y centros educativos con criterios de funcionalidad, eficiencia y eficacia. Y hace una llamada a reactivar las reformas normativas que se habían iniciado a fin de impulsar la FP, paralizadas como consecuencia de la situación parlamentaria de los últimos años.
En el ámbito de la educación universitaria, el CES formula algunas propuestas de medidas en atención a la persistencia de determinados problemas y déficits. Entre ellas destaca la necesidad de actuar, por parte de las Administraciones, sobre la tendencia que se observa de descenso en el alumnado universitario y, de igual modo, para mejorar su rendimiento académico y las competencias transversales como elemento clave de la formación y de la empleabilidad.
De forma paralela, remarca el objetivo de aumentar la proporción de graduados en carreras científicas y tecnológicas (STEM), ligeramente inferior en España al promedio de la UE, así como el de fomentar una todavía insuficiente cooperación entre las universidades y las empresas para mejorar las competencias profesionales y la empleabilidad de los egresados universitarios.
Finalmente, este órgano consultivo del Gobierno en materia socioeconómica y laboral pone el acento en la necesidad de mejorar el sistema de becas y ayudas al estudio. Reconociendo que las medidas coyunturales de refuerzo recientemente adoptadas pueden ser un paso en la buena dirección, llama a agilizar una reforma más estructural y estable, máxime ante las consecuencias económicas, sociales y académicas de esta crisis.
En definitiva, ha llegado la hora de cimentar los puentes que han de tenderse entre el mundo académico y el laboral para alinear la formación de los alumnos con las carencias más acuciantes de las compañías. Y así, sin más demora, plantar cara sin complejos al paro juvenil.
Elaborado por Pedro C. Fernández Alén, Presidente en funciones del CES