Cuando Pedro Sánchez incluyó entre su propuesta de medidas de gobierno el incremento del gasto público educativo hasta alcanzar el 5% del PIB en unos pocos años, omitió que actualmente ese gasto está en el 4,22 %, y que el aumento que prevé esta medida supondría añadir unos 9.000 millones de euros más al año a lo que las Administraciones gastan hoy día.
La convicción de que añadir más dinero público al sistema educativo es la panacea se basa en algunas ideas que, siendo totalmente falsas, sin embargo están muy acendradas en la opinión pública y en los partidos políticos, y quizás va siendo hora de desmontar algunas de ellas. Por ejemplo:
1.- "Cuanto mayor es la inversión pública en Educación, mejores son los resultados"
Esta frase olvida que el gasto educativo tiene un componente público y otro privado. En España, las comunidades autónomas que gastan menos en Educación (en porcentaje de su PIB regional) son paradójicamente las que presentan mayor calidad educativa, porque albergan también una proporción mayor de centros privados.
Esto es lo que pasa con Madrid, cuyo gasto público educativo es solamente el 2,29 % de su PIB regional (como dijimos, España en su conjunto gasta el 4,22 %, cifras de 2016). También pasa con Cataluña, que invierte el 2,87%; con Baleares (el 3,01 %) y Navarra (3,24%).
En el otro extremo, entre las Comunidades cuyo gasto público educativo es superior a la media de España, encontramos a Extremadura, con el 5,68%, y Andalucía, con el 5 % exacto.
Sin embargo, y según los resultados para España del Informe PISA, Madrid, Navarra y Cataluña son (junto con Castilla y León) las regiones cuyos alumnos obtienen puntuaciones más altas, mientras que Andalucía y Extremadura son (junto con Canarias), las que menos nota obtienen.
No solamente no existe relación directa entre incremento del gasto público educativo y los resultados medidos en el alumnado. ¡Es que la relación es inversa!
Para explicar esta paradoja tomemos el ejemplo de la Comunidad de Madrid: El sector privado no universitario (cifras de 2019) escolariza a casi el 16 % del alumnado, cuando este porcentaje a nivel nacional apenas sobrepasa el 7 %.
La muy superior cuota de mercado de los centros privados en Madrid se debe en buena parte a que existe una desgravación fiscal para las familias de 900 euros por estudiante y año.
Para el gobierno de la autonomía es un negocio redondo, ya que el coste anual por plaza en un centro público sobrepasa los 5.900 euros, y la misma cifra en subvención a un centro concertado viene a ser de 4.000 euros.
Segunda idea muy extendida:
2.-"Los colegios privados son elitistas y cuentan con más medios que los públicos, por lo que se debe incrementar el gasto en estos últimos".
Veamos si las cifras dan la razón a esta afirmación:
En los centros públicos hay un profesor por cada 12 alumnos. En los privados, un profesor por cada 13,6.
En los centros públicos, hay 2,8 alumnos por ordenador. En los privados, 3,6 alumnos.
En los centros públicos, la remuneración de los docentes es un 20 % superior a los mismos niveles y categorías de los centros privados.
Son cifras oficiales para el curso 2019/2020 y demuestran que más medios económicos, materiales y humanos no equivalen necesariamente a mejores resultados.
La mejora de los resultados en materia educativa está hoy día mucho más en función de la competencia entre centros, que estimula una oferta de más calidad, que en función de los recursos económicos invertidos, que ya son más abundantes en los centros públicos.
Y por último, un tercer tópico que seguramente les será también familiar:
3.- "La Educación es un servicio público y solamente su impartición por el Estado garantiza los principios de gratuidad, universalidad y equidad en que debe basarse".
Existen varios centenares de servicios públicos distintos, y todos ellos pueden ser prestados por la iniciativa privada en su práctica totalidad: telefonía y redes de comunicación; distribución de combustible; transporte aéreo, terrestre o marítimo; servicios radiofónicos o televisivos; vigilancia y seguridad; recogida de basuras y limpieza de espacios públicos, y un largo etcétera.
La Educación, que evidentemente es también un servicio público, no es para nada distinta a los demás. Y es perfectamente compatible que sea universal (para todos) y gratuita (sin coste para el usuario) con que sea también de calidad y al mejor precio , dos cosas que solamente garantiza su prestación en régimen de libre competencia.
Para que siga siendo gratuita en los niveles básicos, basta con que el Estado, o bien facilite plaza en un centro público, o bien permita a las familias elegir si lo desean un centro privado, implementando herramientas como el cheque escolar o la desgravación fiscal de los gastos educativos.
Elaborado por Juan Santiago, Presidente de la Asociación Española de Centros Autónomos de Enseñanza Privada (ACADE)