Madrid
Adaptación y planificación en la medida de lo posible. Así está siendo el inicio de curso en todas las universidades españolas. El comienzo de la segunda ola de contagios por coronavirus no ha ayudado a que se recuperase la presencialidad que se perdió el pasado mes de marzo. Mientras que el ministro de Universidades, Manuel Castells, apostaba por acudir a las aulas de forma presencial siempre y cuando lo permitiese la situación sanitaria actual, el aumento de contagios en todo el país obligó a tomar otro tipo de medidas más serias y priorizar la enseñanza online.
De esta forma, el pasado 31 de agosto, el Ministerio de Universidades actualizaba sus recomendaciones a la comunidad universitaria para adaptar el curso a la situación de Covid-19. Las nuevas medidas incluían la ventilación de las aulas, la designación de un responsable Covid-19, uso obligatorio de mascarillas o la asignación de un espacio en el que aislar a las personas con síntomas compatibles con el virus.
Cada universidad tuvo que elaborar un protocolo propio a seguir. Desde el rectorado de la Universidad Carlos III de Madrid se apostó por un modelo de semipresencialidad, que combinara las clases ordinarias con periodos de docencia a distancia. De esta forma, se han organizado modelos de rotación, organizados en grupos lectivos para que todo el alumnado pueda recibir clases presenciales, mientras que los estudiantes que permanezcan en sus casas pueden seguir la docencia de forma síncrona.
Uso obligatorio de mascarilla
Es la novedad de la nueva normalidad. Ya nadie sale de casa sin mascarilla y no iba a ser menos en la universidad. El protocolo de esta universidad recoge su imposición tanto en el interior como en el exterior de las instalaciones, y nunca podrá disponer de válvula de respiración.
El uso de los espacios comunes deberá ser utilizado de forma responsable, respetando siempre la distancia de seguridad de 1,5 metros, evitando aglomeraciones, y circulando por la derecha en pasillos y escaleras, mientras que el uso del ascensor estará limitado a una única persona.
Entre otras medidas, se ha fijado que antes del inicio de la jornada lectiva se realice una desinfección general del centro, prestando atención a las zonas de uso común y aseos. Los espacios se ventilarán a través del sistema de aire acondicionado dos horas antes y después de la jornada, mientras que el aire se renovará entre 5 y 8 veces por hora. La universidad también ha establecido mecanismos para atender las necesidades de las personas más vulnerables. Los estudiantes que formen parte del grupo de riesgo deberán notificar sus medidas de prevención específicas al Centro de Orientación a Estudiantes.
Qué pasa si hay un caso positivo
Cuando el estudiante presente síntomas compatibles con la Covid-19, deberá quedarse en casa y avisar al centro a través de los canales de comunicación establecidos por la universidad. En caso de que un alumno presente síntomas, tendrá que informar al profesor, que se pondrá en contacto con el Servicio Médico y abandonar el centro inmediatamente a espera de los resultados de la prueba PCR. Si se confirma la sospecha, el alumno notificará su situación y el Servicio Médico establecerá los posibles contactos previos y se tomarán las medidas oportunas.