Sin protocolo y sin medidas de seguridad ya no se puede ir a ningún sitio y menos a la universidad. Una vez terminado el curso, las instituciones de educación superior preparan ahora la entrada a un septiembre totalmente desconocido hasta el momento. El miedo a un rebrote o a contagios en las aulas ha llevado a muchas regiones a implantar el sistema híbrido, es decir, las videoconferencias en directo desde casa con parte del alumnado en clase y la otra parte en sus hogares.
El Ministro de Universidades, Manuel Castells, publicó algunas recomendaciones para el próximo curso en el que propone que cada universidad calcule los coeficientes de ocupación de cada una de las actividades docentes e investigadoras para ver si se pueden dar de forma presencial y, en caso de que no sea posible, que se combine con la enseñanza en línea. No obstante, sí que descarta que se desdoblen los grupos, porque implicaría una sobrecarga importante para el cuerpo docente.
En el informe "Recomendaciones del Ministerio de Universidades a la comunidad universitaria para adaptar el curso universitario 2020-2021 a una presencialidad adaptada" se propone dividir el número de estudiantes matriculados en una actividad por la capacidad de la instalación teniendo en cuenta la separación de 1,5 metros entre los ocupantes. Si el cálculo de ocupación real es superior al coeficiente teórico, la actividad no podrá desarrollarse de forma presencial en su totalidad y las universidades deberían tomar las medidas para hacerla "online". Pero si el cálculo es menor al teórico, es decir, que hay espacio suficiente para garantizar las medidas de seguridad, la actividad podrá desarrollarse de forma presencial, siempre con la obligación de mantener el distanciamiento físico y la higiene necesarias.
Son muchas las universidades que están trabajando en planes de contingencia, como es el caso de la Universidad de Oviedo que tiene de plazo hasta el 10 de julio para comprobar si se puede cumplir la normativa sanitaria vigente con la vuelta del alumnado a las aulas. Por su parte, la Universidad de Zaragoza ve con buenos ojos este planteamiento y optará por un modelo rotatorio que combine asistencia y enseñanza online.
Clases presenciales restringidas en Cataluña
Las doce universidades catalanas arrancarán el curso 2020-2021 con un modelo híbrido de docencia: presencial y virtual. Durante la primera mitad de curso, las clases presenciales serán restringidas y se combinarán con el aprendizaje virtual.
A pesar de que todavía no esté claro, los alumnos sabrán cuál será la metodología exacta y cómo se evaluará cada asignatura antes de matricularse.
En el caso de estar en la clase de forma presencial, los estudiantes tendrán que mantener la distancia física de 1,5 metros y llevar mascarilla cuando se muevan dentro de un edificio. Además, podrán reabrir todos los servicios de las universidades, como las bibliotecas, los bares o las instalaciones deportivas, así como llevar a cabo la desinfección de los espacios comunes.