
La nueva normalidad implica medidas que hasta ahora no se habían tenido en cuenta, pero que pueden suponer un gran paso hacia adelante en la era post-Covid-19. La educación es una de las áreas que más cambios va a tener, con una reducción de los alumnos por aula y la introducción de un modelo híbrido. No obstante, aspectos que antes pasaban desapercibidos ahora se les da mucha importancia. VELUX, compañía de ventanas de tejados, trata la relevancia que tiene la luz natural y la ventilación en los centros escolares. Almudena López de Rego, arquitecta y responsable de la Oficina Técnica de VELUX España, explica cómo influye la luz en la educación.
¿Cómo puede influir la luz y la ventilación en las aulas de un colegio en la evolución de los estudiantes?
Ambos factores tienen una gran influencia en el rendimiento de los alumnos. La iluminación natural cambia radicalmente un ambiente. El usuario se siente automáticamente con más energía y mejor estado de ánimo, es decir, más predispuesto a desarrollar tareas. La calidad del aire influye directamente en la capacidad de concentración de los alumnos, llegando a mejorar la velocidad de resolución de problemas hasta en un 18%, según fuentes científicas.
¿Qué puede aportar VELUX a la educación en la fase post-Covid-19?
VELUX lleva casi 80 años contribuyendo al desarrollo de espacios habitables más saludables y sostenibles, proveyendo luz y aire fresco a través de la cubierta. En el ámbito de los colegios, nuestro papel es el mismo: podemos proporcionar a aquellas aulas, gimnasios, zonas comunes, bibliotecas o espacios de reunión bajo cubiertas, o bajo rasante, la luz y la capacidad de renovar el aire de manera natural. Muchos centros educativos fueron concebidos en otras épocas, con otros criterios en mente, pero una reforma con las prioridades bien ordenadas puede transformar cualquier espacio. Es muy habitual olvidar la cubierta como una fachada más que podemos usar para mejorar el interior.
¿Cómo considera que se están adaptando los centros escolares a esta nueva situación?
Se trata de una situación muy nueva, y los centros están haciendo esfuerzos muy grandes para adaptarse en otras áreas, como la digitalización de la docencia. No obstante, estamos viendo un interés generalizado por mejorar los espacios educativos en términos de iluminación, calidad de aire y también confort térmico. Hay que encontrar el equilibrio entre estos factores tan importantes. Más ventanas no necesariamente arreglan todo esto. Se debe saber dónde situarlas para asegurar el flujo del aire y el mayor aprovechamiento de la luz posible, y contar con control solar para adaptarse a todo el año.
Según un estudio de VELUX, los niños que estudian en aulas con ventanas más grandes pueden mejorar sus calificaciones en hasta un 15%, ¿cómo se explica esto?
Ventanas más grandes significan más luz natural y más contacto visual con el exterior. Ambas cosas están muy relacionadas con cómo nuestro cerebro puede disfrutar de pequeños momentos de descanso durante la jornada de aprendizaje. Una referencia continua de la luz del sol nos provee de una mejor sincronización del ritmo circadiano, lo que conlleva un sueño de mayor calidad durante la noche, una mayor capacidad de concentración y mejor estado de ánimo.
¿En qué consiste el proyecto que están llevando a cabo en la Escuela Waldorf Aravaca?
Se trata de un proyecto donde hemos querido obtener resultados científicos reales, analizados por investigadores del Instituto Torroja de la Construcción (CSIC). En un aula con muy poca proporción de ventanas, colocamos cuatro grandes ventanas de tejado que multiplican la entrada de luz, permiten ventilar de manera muy rápida y eficaz y proporcionan unas vistas del entorno arbolado donde se ubica la escuela, que cambian radicalmente la sensación del ocupante. Cada ventana de accionamiento eléctrico va equipada con su persiana y cortina para conseguir el equilibrio perfecto entre confort térmico y visual en todas las estaciones. Además, se incluyó el sistema inteligente VELUX ACTIVE que ventila y sombrea las ventanas automáticamente en función de las necesidades del interior y la previsión meteorológica.
Para la investigación, colocamos en el aula sensores de temperatura, humedad y CO? durante varios meses antes y después de la reforma, con el objetivo de comparar esos parámetros de confort del antes y el después. Además, realizamos mediciones reales de iluminación natural en varios días, tanto antes como después de la obra.
¿Cómo interpretan los resultados que han conseguido?
Los resultados han sido magníficos puesto que hay 10 veces más luz natural, el aire aumenta su calidad en hasta un 84% y las temperaturas interiores están más cerca de los rangos de confort tanto en invierno como en verano, sin consumir más energía en climatización.
Creemos que es un proyecto muy sencillo, pero muy contundente en sus conclusiones: pequeñas reformas pueden mejorar radicalmente la calidad de los espacios de aprendizaje, apostando por estrategias pasivas que no aumentan el consumo energético.
¿Cómo debe ser el aula del futuro?
Al igual que el resto de estancias de los edificios en el futuro, el aula debe ser un espacio pensado en las necesidades del ser humano como criterio principal de diseño. Hemos de ser conscientes de que nuestro cuerpo se ha perfeccionado durante miles de años para vivir en el exterior, y que tantas horas diarias en espacios interiores hacen que echemos de menos ciertas cosas. El diseño debe girar en torno a proporcionar a alumnos y profesores las dosis de luz natural necesarias, un aire renovado en su justa medida y una conexión con el entorno, con vistas a larga distancia.