
FameLab es un certamen internacional de monólogos científicos organizado en España por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el British Council. Entre los semifinalistas se encuentran siete hombres y cinco mujeres con edades comprendidas entre los 21 y los 43 años. En la gran final internacional de FameLab 2020 participarán los científicos monologuistas ganadores de cada uno de los países participantes. Víctor Manero estudió Matemáticas en la Universidad de Zaragoza, donde trabaja actualmente como profesor en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca.
¿Cómo acogió la idea de ser semifinalista de FameLab?
Con mucha sorpresa y sobre todo con una gran ilusión.
¿Con qué tema científico te has clasificado para las semifinales?
Describo el concepto de esperanza matemática de un suceso aleatorio. Se trata de un concepto cuyo nombre puede asustar pero es bastante sencillo de explicar. Su importancia radica en que si conocemos este concepto podemos valorar de antemano si un determinado juego nos es beneficioso o si por el contrario se trata de un juego injusto, es decir, un juego en el que a la larga siempre perderemos.
¿Cómo ha sido tu preparación para esta competición?
La unidad de cultura científica de la Universidad de Zaragoza, dirigida por Carmina Puyod, dispuso un curso de preparación de monólogos al cual me apunté. En este curso conté con unos compañeros absolutamente geniales y con una profesora de lujo, la actriz Encarni Corrales la cual nos enseñó técnicas de comunicación oral, improvisación, escritura de monólogo y demás. El monólogo que presento lleva un poco de todos ellos porque todos aportaron algo en la elaboración del mismo.
¿Qué opinas de este tipo de eventos que tratan de comunicar la ciencia de forma más cercana a la sociedad?
Desde mi punto de vista la ciencia tiene un componente técnico muy importante que debe trabajarse con mucho rigor y desde un acercamiento puramente académico. Sin embargo, la cultura científica, -tan necesaria actualmente- puede transmitirse desde un punto de vista menos formal y mucho más atractivo. Todas estas iniciativas de comunicar ciencia de forma cercana a la sociedad son muy necesarias para romper esa brecha que parece que se está generando entre conocimiento científico y sociedad.
¿En qué momento de tu vida te decidiste a dedicarte a una carrera del área STEM?
En la adolescencia, creo que fue cuando cursaba 3 ó 4 de ESO. La figura de mi padre tuvo mucha influencia ya que siempre me alentó a que estudiara alguna carrera de ciencias sin darle importancia a las posibles salidas laborales que podía tener.
La brecha de género existente en las carreras científicas continúa siendo un problema hoy en día, ¿cómo consideras que habría que eliminarla?
En mi caso particular, yo no he visto brecha de genero aunque soy consciente de que en otras disciplinas y entornos existe. Cuando cursé la carrera había muchas más chicas que chicos, cuando comencé el doctorado, de siete becarios doctorales sólo dos éramos chicos y el resto chicas, mis dos directoras de tesis son mujeres, en mi actual grupo de investigación estamos tres hombres y dos mujeres,… me gusta pensar que en cuestión de brecha de genero la disciplina de matemáticas esta mucho mejor que otras. Sin embargo, me da la impresión de que durante algunos años no se asociaba el perfil científico con las mujeres, por lo que a las chicas que sobresalíanen esta linea se les instaba a reconducirse hacia el mundo biosanitario y no tanto hacia las carreras tipo STEM. Quizá la linea de adecuada de actuación pueda ir por ahí.