FameLab es un certamen internacional de monólogos científicos organizado en España por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el British Council. Entre los semifinalistas se encuentran siete hombres y cinco mujeres comprendidas entre los 21 y los 43 años. En la gran final internacional de FameLab 2020, que se celebrará en junio en el Festival de Ciencia de Cheltenham, participarán los científicos monologuistas ganadores de cada uno de los países participantes. Laura Díaz estudió Biología en la Universidad Autónoma de Madrid y un Máster en Genética y Biología Celular. Su monólogo se titula "Tolerando la intolerancia" y con él quiere acercar a la sociedad las intolerancias alimentarias y explicar que hay solución.
¿Cómo acogió la idea de ser semifinalista de FameLab?
Con mucha ilusión, ya que es una organización que seguía desde hacía años y tenía pendiente presentarme. Llevaba unos años pensando en presentarme pero sentía que necesitaba un poco más de formación y experiencia. Cuando me he visto preparada ha sido cuando me he presentado.
¿Con qué tema científico te has clasificado para las semifinales?
Intolerancias alimenticias. Cada vez más personas son diagnosticadas con algún tipo de intolerancia, y no siempre se sabe ni lo que son, ni los síntomas ni cómo gestionarlas, tanto para la propia persona que sufre la intolerancia como para su círculo cercano. Quiero que a través de mi monólogo las personas con intolerancias se sientan comprendidas y que se entiendan los problemas que supone esta condición.
¿Cómo ha sido tu preparación para esta competición?
Agradable y difícil. Tengo varias intolerancias alimenticias, por lo que ya sabía qué puntos quería tratar y tenía muchas ganas de plasmarlo. Sin embargo, necesitaba reunir más información y leer mucho al respecto para confirmar el funcionamiento de cada intolerancia y confirmar aquellos aspectos comunes a todas. Es una cuestión que está en auge, de la cual hay mucha información, al mismo tiempo que no se acaba de entender cómo se combinan todos los factores que subyacen a las intolerancias (microbiota, factores genéticos, factores externos, mecanismos de inflamación, papel de parásitos intestinales), además de haber un fuerte componente específico que depende de cada persona, lo que dificulta su tratamiento generalizado.
¿Qué opinas de este tipo de eventos que tratan de comunicar la ciencia de forma más cercana a la sociedad?
Son necesarios. La divulgación es importante en tanto en cuanto permite a las personas no familiarizadas con la ciencia conocer cómo ésta está más presente de lo que creemos en nuestro día a día. Esto puede ser una estrategia para posicionar a la ciudadanía "del lado" de los investigadores, ya que pueden entender que el trabajo que realizamos repercute en todos. En última instancia, una mayor toma de conciencia con respecto al tema puede favorecer el voto político basado en el apoyo a partidos que apuesten verdaderamente por la investigación.
¿En qué momento de tu vida te decidiste a dedicarte a una carrera del área STEM?
Suena a argumento de película de Disney, pero desde la educación primaria sabía que quería estudiar Biología: me gustaban mucho las clases de "Natu" y disfrutaba de las salidas al campo, lo que hacía que sintiera algún tipo de conexión con el conocimiento de las ciencias naturales ya desde pequeña. También tenía inquietud por otras formaciones, como psicología o sociología, pero me acabé reafirmando en Biología. El dedicarme a la investigación vino después. Uno no puede saber si le va a gustar o no la investigación solo por amor o "pasión" hacia algo (algo que hemos asumido como mantra), y realmente no lo llegas a saber del todo hasta que no empiezas a meter la cabeza dentro mediante un doctorado.
La brecha de género existente en las carreras científicas continúa siendo un problema hoy en día, ¿cómo consideras que habría que eliminarla?
Es una pregunta compleja y difícil de responder en pocas líneas, ya que es necesario considerar muchos aspectos en paralelo. Además, no se trata de un tema exclusivo de "la mujer y la ciencia", sino de "la mujer y el poder". Particularmente en este caso, para conseguir corregir las diferencias entre hombres y mujeres en los puestos de alto mando en ciencia (donde más se nota la diferencia entre géneros), aplicaría un sistema de cuotas temporal hasta que se consiguieran alcanzar unos niveles similares de presencia masculina y femenina en cargos de poder. Sin embargo, la eliminación de esta cuota podría suponer, a largo plazo, una vuelta a la situación inicial. Para evitarlo, crearía un órgano de supervisión cuya función sería garantizar la eliminación de prácticas discriminatorias. Obviamente, las cuotas por sí solas no son útiles y pueden generar conflicto. Por ello, es necesario acompañar todo esto de una serie de políticas y proyectos de educación y formación que ayuden a crear conciencia de la situación que existe dentro del ámbito laboral científico, y que no promuevan la disgregación por género (ambos) en las carreras o puestos laborales científicos.
Si bien es cierto que esto son medidas que podrían paliar parcialmente la situación, el problema de la brecha de género en las carreras científicas no deja de ser una consecuencia de un problema mayor que no se puede resolver tomando medidas en una escala menor, como ámbito científico, sino que ha de resolverse desde una proyección general que implique un cambio cultural y social.